Un estudio de la Universidad de Miami (UM) descubrió que en los hispanos de 45 a 64 años que demoran en conciliar el sueño el deterioro de los procesos cognitivos llega antes, pero, según afirmó el neurólogo Christian Agudelo, hay alguna posibilidad de que la siesta pueda proteger la función de la memoria en esas edades.
«Los hispanos en Estados Unidos tienen más riesgo de demencia cuando se compara con la población angloamericana, y no sabemos por qué, por eso tenemos que investigar todos los vínculos que existen entre la vida del hispano, la memoria y sus procesos cognitivos», dice Agudelo.
«Pensamos que el sueño está relacionado con la demencia», apuntó ese especialista en medicina del sueño de 37 años e hijo de venezolana y colombiano.
La investigación en la que participó, «Patrones de sueño actigráficos y deterioro cognitivo en el estudio de salud de la comunidad hispana/Estudio de latinos», acaba de ser publicada en la revista de la Asociación del Alzhaimer estadounidense.
«Escogimos personas de entre 45 y 64 años porque pensamos que el principio de los cambios cognitivos, que pueden ser degenerativos, empiezan a esa edad, no a los 70, en todos los seres humanos», indicó el científico.
El estudio forma parte de uno más amplio llevado a cabo por varias universidades del país que desde 2007 investiga el comportamiento de la salud de los latinos.
En ese estudio participan más de 16.000 latinos de Nueva York, Chicago, San Diego y Miami, de acuerdo con un comunicado de prensa.
«Hicimos unos exámenes cognitivos, les medimos el sueño. Siete años después, volvimos a hacerles el examen» y «descubrimos que en la edad media las funciones cognitivas empiezan a disminuir un poco y a las personas que tardan más en dormirse le viene más rápido la decaída cognitiva», indicó Agudelo.
Los investigadores de la Facultad de Medicina Miller, de la UM, utilizaron la actigrafía, que «consiste en el registro de los movimientos de la mano del paciente durante las horas de sueño, por periodos prolongados», para monitorear a 1.035 adultos del grupo de edad mencionado. .
Según explicó Agudelo, los investigadores se valieron de «un monitor de pulsera» que los participantes en el estudio debían llevar puesto un mínimo de siete días ininterrumpidos.
A la pregunta de si la siesta es buena, el neurólogo responde:
«Posiblemente la siesta pueda proteger los procesos cognitivos en la edad media. Todo el mundo estaba empeorando, pero los que hicieron la siesta empeoraron menos rápido», señala.
«Lo que estamos comprobando es que los hábitos de sueño pueden predecir los cambios cognitivos. No podemos decir que hacer siesta mejora, pero sí que los que la hicieron tuvieron menos decaimiento. Es muy sutil la observación y a la vez muy importante. Ese sería el siguiente experimento», dijo Agudelo.
El especialista recalcó que «hay que dormir y dormir bien». «Se lo digo a mis pacientes: no hay que tenerle miedo al sueño. El sueño es una oportunidad todas las noches de hacer algo bueno para la salud».
Alberto Ramos, director de investigación del Programa de Trastornos del Sueño de la UM y autor principal del nuevo estudio, señaló que «el sueño es un tema importante en este campo, ya que más de 50 millones de personas en todo el mundo tienen deterioro cognitivo y demencia, y la carga económica mundial anual por esas enfermedades supera los mil millones de dólares».