La ética, experiencia y la prudencia nos dicen que no es una buena idea especular de manera fantasiosa cuando se está cubriendo una ocurrencia noticiosa, particularmente cuando se trata de una verdadera tragedia.
De tal manera que me apresuro a aclarar que sin pruebas documentadas ni evidencia concluyente de lo acaecido en el caso de Fabio Durán Ibañez en Edmonton el 15 de noviembre, es no solamente imposible sino moralmente inconveniente salir en emocional cacería de brujas, buscando razones y culpables donde primero hay que esclarecer todas las circunstancias que rodearon el hecho.
Pero sí es útil hacer el ejercicio mental de plantear el hipotético caso de lo que estaría sucediendo ahora si no se hubiera tratado de la muerte de un colombiano en Alberta, sino de la muerte de un canadiense en Valledupar. Me atrevo a avanzar algunas hipótesis:
1o. Seguramente la Embajada de Canadá en Colombia ya habría intervenido públicamente, haciendo conocer su intervención a los medios de prensa en ambas naciones.
2o. Muy seguramente la Embajada y el Consulado del caso estarían ya haciendo contactos con la familia del fallecido, ofreciendo apoyos en materia de comunicaciones, asesoría e incluso visado y otras diligencias consulares para permitir el rápido desplazamiento de los deudos al lugar donde reposa el cuerpo del fallecido.
De tal manera que la presunta respuesta del funcionario consular que le habría dicho al cuñado del occiso que no podían ayudarle con el objeto de cubrir los gastos funerarios y la repatriación del cadaver suena incómodamente fría e indiferente.
Es importante que se notifique de la ocurrencia al señor Embajador de Colombia en Ottawa y vital para el proceso de investigación pedirle a la familia que continúe pendiente de los informes de la policía y les brinde a las autoridades total colaboración con el objeto de dar con el paradero de los asesinos.
Mi más sentido pésame para la familia de éste colombiano y un llamado a que las autoridades colombianas y canadienses le brinden todo el respaldo y ayudas que puedan necesitar en estos momentos de profunda tristeza, en la certeza de que, si hubiera sido, al contrario – la muerte de un Canadiense en territorio Colombiano – las muestras de apoyo y solidaridad habrían sido inmediatas.
Por: German Gutiérrez
