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Colombia sigue la pista del canadiense en poder del ELN y exige su liberación

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En la imagen un registro del ministro colombiano de la Defensa, Juan Carlos Pinzón, quien dijo que «las operaciones militares y policiales continúan en el área tratando de ubicar a este ciudadano norteamericano. EFE/Archivo

El Gobierno de Colombia prosigue la búsqueda del ciudadano canadiense Jernoc Wobert, secuestrado por el ELN, y exigió a esa guerrilla que lo entregue cuanto antes, después de que el viernes fueron liberados sus otros cinco compañeros de cautiverio.
Así lo expresó hoy el vicepresidente colombiano, Angelino Garzón, en una carta abierta en la que exhortó al Ejército de Liberación Nacional (ELN) a que se comprometa a poner «en libertad inmediata y sin ningún tipo de condiciones» al ciudadano canadiense y a los dos ciudadanos alemanes.
Garzón se refirió así también a los hermanos jubilados alemanes Uwe y Günther Otto Breuer, en poder del ELN desde noviembre pasado y de quienes no se ha sabido nada más desde que el grupo armado pidió a través de un comunicado que los familiares enviaran documentos que puedan probar que no son espías.
Por el momento, las autoridades colombianas no se han pronunciado sobre la situación de estos hombres de 69 y 72 años, respectivamente, que fueron privados de su libertad confundidos con espías cuando pasaban por la frontera colombo-venezolana, después de haber dado media vuelta al mundo en su viejo vehículo todoterreno.
Los Breuer y Wobert son los tres secuestrados extranjeros confirmados que el ELN mantiene en su poder después de que el pasado viernes entregó al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a los dos peruanos y a los tres colombianos que habían sido hechos cautivos con el canadiense.
Ese secuestro fue perpetrado por guerrilleros del Frente Darío Ramírez Castro que irrumpieron en la madrugada del 18 de enero en el campamento minero de la empresa Geo Explorer en Norosí, en la Serranía de San Lucas, conocida por su tradición aurífera.
Las fuerzas armadas ejercieron presión sobre esa zona desde el primer día de secuestro, lo que según el embajador colombiano en Lima y exrehén de las FARC, Luis Eladio Pérez, obligó al ELN a acudir al CICR para liberar a los secuestrados.
Pérez explicó al diario peruano El Comercio que «se aplicó un método disuasivo que consistió en cercar a guerrilleros y secuestrados para que sintieran la presión de la fuerza pública», un margen, dijo, que incluso «ocasionó inconvenientes como la escasez de suministro de alimentos».
El ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, dijo en la emisora RCN Radio que «las operaciones militares y policiales continúan en el área tratando de ubicar a este ciudadano canadiense», y consideró que con ese secuestro, el ELN «como siempre está buscando dinero».
Los operativos de búsqueda se centran en la zona del secuestro, muy próxima a la ribera del río Magdalena, y según dijo ayer el comandante de la Segunda División del Ejército, general Juan Pablo Amaya, pueden extenderse hasta el Catatumbo, donde fueron retenidos también los dos alemanes.
Uno de los colombianos que fueron secuestrados con el canadiense, William Batista, dijo a periodistas cuando recobró la libertad que el 3 de febrero Wobert fue trasladado del lugar en el que se encontraba el grupo de rehenes «a otro sitio más seguro».
Según Batista, los guerrilleros les dijeron antes de liberarlos que el canadiense «se mantenía bien», y lo describió como una persona «fuerte, que caminaba bastante, acostumbrado a condiciones extremas y (que) durante todo el recorrido se comportó con mucha fortaleza, con mucha habilidad y con mucho valor».
El pasado viernes fueron liberados también por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dos policías y el sábado un soldado, lo que puso fin a una semana de liberaciones sin precedentes en la que las dos guerrillas de Colombia decidieron entregar a sus rehenes.
El vicepresidente se refirió también a esa entrega y consideró «positivas» las iniciativas de estos grupos armados, aunque afirmó que «la paz no es un favor ni del Gobierno y menos de la guerrilla. Es un derecho que tiene la población».
En este sentido, y antes de viajar a La Habana para sentarse a la mesa de diálogo con las FARC, el jefe negociador del Gobierno, el exvicepresidente Humberto de la Calle, reconoció el acto de entrega de rehenes por esa guerrilla, pero descartó de pleno decretar un cese bilateral del fuego en paralelo a la discusión.

(EFE).-

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