Colombia empezó a ver hoy una luz al final del túnel en que está desde hace ocho días por la huelga del sector agropecuario, con el anuncio del presidente Juan Manuel Santos de que su Gobierno negociará a partir de mañana con representantes de los campesinos que bloquean carreteras del país.
«Hay mucha gente que está sufriendo con los bloqueos, hay que ponerle fin a esta situación lo más pronto posible», manifestó el mandatario en un declaración que hizo en Tunja, capital del departamento de Boyacá, en el centro del país, hasta donde se trasladó para reunirse con autoridades regionales y con líderes campesinos.
En las negociaciones participarán representantes del campesinado de los departamentos de Boyacá y Cundinamarca, ambos en el centro del país, y de Nariño (suroeste), donde han sido más intensos los bloqueos de carreteras y desórdenes que han dejado hasta ahora cinco muertos.
«He dado las instrucciones para que se acepte la propuesta de los campesinos de Boyacá para que se reúnan en una mesa representantes de Boyacá, de Cundinamarca y de Nariño con los ministros respectivos», dijo el mandatario, quien no precisó si la negociación será en Bogotá o en Tunja.
Según el jefe de Estado, la negociación comenzará mañana a la una de la tarde para «ver cómo podemos solucionar en la forma más rápida posible y en la mejor forma posible» la huelga que además ha dejado cuantiosas pérdidas económicas por la destrucción de bienes públicos, como peajes, y por el impedimento a la circulación de bienes y personas.
La huelga fue convocada por un sector de los caficultores pero ha tenido mayor repercusión entre los productores de papa, leche, tomate y hortalizas de Boyacá, un departamento netamente agropecuario que es además un importante cruce de caminos entre el norte y el centro de Colombia.
Un informe divulgado al final de la tarde de hoy por el Instituto Nacional de Vías (Invías) y por la Policía de Carreteras mostró que 31 carreteras de diez departamentos registraban hoy «cierre total» por las protestas, de las cuales, quince, la mitad, están en Boyacá.
Los campesinos de Boyacá alegan ser víctimas de las importaciones de alimentos, del contrabando, del alto coste de los combustibles y fertilizantes y de la falta de créditos y de apoyo estatal.
El presidente prometió que esas demandas serán tenidas en cuenta y que es «totalmente consciente de la crisis que está viviendo el sector agropecuario en general», que atribuyó a factores estructurales y coyunturales.
«He escuchado los reclamos, he escuchado las peticiones de los líderes de la protesta en Boyacá, son reclamaciones válidas, son reclamaciones que tienen todo el sentido», destacó Santos.
Según el presidente, su Gobierno está «totalmente decidido» a afrontar los problemas planteados por los labriegos y a trabajar de la mano con ellos «para que los campesinos puedan tener un ingreso digno, puedan mantenerse en el campo y puedan ver el futuro con más esperanza y con más optimismo».
El jefe de Estado dijo además que en su visita a Tunja escuchó quejas sobre los «abusos» cometidos por una unidad de la Policía encargada de mantener el orden en las vías y subrayó que los excesos «no son permitidos».
El comienzo de la negociación no implica que los bloqueos en las carreteras se van a levantar de inmediato, pero según el presidente, las partes acordaron un «pacto de no agresión» en el que no habrá excesos por parte de la Policía ni acciones de los campesinos que obliguen a la fuerza pública a intervenir.
Tras su intervención, el mandatario cedió la palabra a César Pachón, uno de los líderes de la protesta, quien fue enfático en señalar que los bloqueos continuarán hasta que se haya restaurado la confianza entre los campesinos y el Gobierno.
Santos se disculpó por un comentario suyo de ayer cuando dijo: «El tal paro nacional agrario no existe», y aseguró que no fue su intención «subestimar la importancia de los reclamos» campesinos, sino que fue «malinterpretado» porque lo que quiso decir fue que el paro no tenía alcance nacional ni involucraba a todo el sector agropecuario.
«Di un papayazo», dijo el presidente, quien recurrió a la expresión coloquial colombiana «dar papaya» que suele usarse cuando alguien comete un error o da pie para algo, generalmente negativo.
Bogotá, 26 ago (EFE).-