Los colombianos acudirán este domingo a la urnas para una votación crucial en la que elegirán a los 268 miembros del Congreso bicameral que tendrá en sus manos la tarea de ratificar posibles acuerdos de paz con la guerrilla y en el que entrarán nuevas fuerzas políticas.
En total, 32,7 millones de colombianos están habilitados para votar mañana y elegir entre más de 2.300 candidatos a los 102 miembros del Senado y a los 166 de la Cámara de Representantes para el periodo 2014-2018.
Adicionalmente elegirán a los cinco representantes del país en el Parlamento Andino, un organismo que el propio Gobierno colombiano es partidario de suprimir porque no tiene utilidad alguna, y quienes así lo deseen podrán participar también en una «consulta interna» de la Alianza Verde para escoger a su candidato presidencial.
La atención en estos comicios la acapara la votación para el Congreso, en especial para el Senado, donde el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), opositor al Gobierno de su sucesor, Juan Manuel Santos, se perfila como pieza clave del ajedrez político colombiano.
Uribe lidera la lista cerrada del movimiento Centro Democrático, que él mismo fundó el año pasado y que tendrá por primera vez representación en el Congreso, donde con una tropa de unos 20 senadores, según las encuestas, debe encabezar la oposición al Gobierno.
La elección de un expresidente como senador será un hecho inédito en la democracia colombiana y el hecho de que sea justamente Uribe, férreo opositor a las negociaciones del Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba, hace prever que no le hará la vida fácil a la Administración de Santos, su antiguo delfín, que aspira a la reelección en los comicios del 25 de mayo.
Por el Congreso tendrán que pasar los acuerdos a los que lleguen el Gobierno y las FARC, posiblemente este año, y las reformas que sean necesarias para su efectiva aplicación, de ahí la importancia de la composición que tendrá el próximo Legislativo.
Algunas encuestas vaticinan que el oficialista Partido de la Unidad Nacional (Partido de la U), al que pertenece Santos, con sus aliados del Partido Liberal y Cambio Radical, puede conseguir en las urnas una ajustada mayoría en el Senado que le daría el margen de maniobra necesario para sacar adelante sus iniciativas.
Sin embargo, la fuerza que puede tener el bloque liderado por Uribe, con el apoyo de algunos conservadores, será un factor para tener en cuenta.
El expresidente dijo el viernes en una entrevista con Efe que en el Congreso se opondrá a posibles indultos o amnistías a los jefes de las FARC porque sería «un mal ejemplo» para el país, aunque señaló que puede aceptar que no vayan a la cárcel los guerrilleros rasos que no hayan cometido delitos graves.
«¿Usted cree que nosotros podemos votar por indultos amnistías o cese de acciones penales contra criminales de esa naturaleza? Eso sería un mal ejemplo para la sociedad colombiana», manifestó.
Las ventajas de una negociación de paz con las FARC se han notado en la campaña electoral de estas legislativas, quizás la más tranquila que recuerde el país en el último medio siglo, pues a diferencia de las anteriores no se han registrado hasta hoy atentados contra candidatos ni acciones armadas que pongan en peligro el ejercicio del voto.
Para garantizar el orden, el Gobierno movilizó a 266.000 miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía que darán protección a casi la totalidad (el 99,5%) de los puestos de votación, según el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
Una atención especial merece el puerto de Buenaventura, en el Pacífico, que vive desde hace varios meses una escalada de violencia por la acción de bandas criminales que se disputan el control del tráfico de armas y de drogas heredado de grupos paramilitares en esa estratégica zona, en la que recientemente se denunció la existencia de casas donde estas mafias descuartizan a sus enemigos.
El ministro Pinzón visitó el viernes Buenaventura y anunció un aumento temporal de 380 policías para combatir la violencia en respuesta a una orden de intervención dada el día anterior por el presidente Santos.
Otras preocupaciones de las autoridades son las tradicionales «compras de votos» en varias regiones, principalmente en la costa atlántica del país, y la temporada de lluvias, que puede afectar el normal desarrollo de la jornada electoral, según reconoció hoy el titular de la Registraduría Nacional, Carlos Ariel Sánchez.
«Nos preocupa el efecto de la lluvia en la concurrencia de los ciudadanos a votar y los problemas que a veces la lluvia genera en las comunicaciones», dijo Sánchez hoy a periodistas.
Jaime Ortega Carrascal /Bogotá, 8 mar (EFE).-