Los poderes del Estado colombiano, con el presidente Juan Manuel Santos a la cabeza, celebraron el acuerdo sobre participación política al que llegaron el Gobierno y las FARC en Cuba como parte de las negociaciones de paz.
A este acuerdo en el segundo de los cinco puntos de la agenda de negociación se llega después de casi un año de diálogos en la capital cubana y en un momento crucial por el desencanto de buena parte de la sociedad con el proceso por la falta de avances.
«Lo que hemos convenido profundiza y robustece nuestra democracia, ampliando los derechos y garantías para el ejercicio de la oposición, al igual que espacios de participación política y ciudadana» señalaron los delegados del Gobierno y las FARC en un comunicado conjunto.
Igualmente destacaron que lo pactado «promueve el pluralismo y la inclusión política, la participación y la transparencia en los procesos electorales y el robustecimiento de una cultura política democrática».
El presidente Santos, en una alocución al país en cadena de radio y televisión, dijo que avances como el logrado hoy muestran que hay que seguir dialogando en busca de la paz porque no hacerlo sería «traicionar» al país.
«Debemos continuar. Debemos perseverar. No hacerlo sería traicionar la esperanza de millones de colombianos y de las futuras generaciones», dijo el mandatario.
Santos se refirió a los críticos del proceso, que sugieren a diario romper las conversaciones o hacer una pausa por la demora en llegar a acuerdos y aseguró que eso «sería irresponsable».
«Cuando avanzamos, cuando se ven resultados, no es momento de parar, sino todo lo contrario: de acelerar, de continuar con más ánimo y con más entusiasmo para lograr ponerle fin al conflicto en forma definitiva», expresó.
El Congreso, por boca de legisladores de distinto espectro político, también saludó el anuncio de los delegados del Gobierno y las FARC con la convicción de que supone un paso más hacia la paz y blinda el proceso frente a los mismos críticos mencionados por el presidente.
«Así sea un acuerdo de carácter parcial, lo que se anunció hoy representa una derrota para quienes han querido opacar o acabar con el proceso de paz y constituye un fundamento fuerte para creer que podemos llegar a la paz definitiva», manifestó el representante a la Cámara Iván Cepeda, del partido izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA).
Por su parte el senador Roy Barreras, del oficialista Partido de la U, aseguró que este acuerdo «marca un punto de inflexión irreversible hacia la paz».
Según Barreras, las partes incluidas en el acuerdo «son todas decisiones de fondo y trascendentales».
La exsenadora Piedad Córdoba, líder del movimiento político Marcha Patriótica, definió el anuncio como «la puerta más grande de esperanza que se ha abierto» en el último medio siglo en el país.
Córdoba, que fue inhabilitada políticamente en el año 2010 por la Procuraduría (Ministerio Público) por supuestos vínculos con las FARC, consideró «histórico» el acuerdo porque «crea escenarios para nuevos actores políticos», «amplía los espacios de participación» y deja sin discurso a los halcones de la política colombiana.
También el fiscal general, Eduardo Montealegre, expresó su respaldo a lo pactado y consideró «indispensable» abrirle «caminos democráticos» a la guerrilla para lograr una paz duradera.
«Si va a existir una solución negociada al conflicto es indispensable abrirle a las FARC los canales democráticos, que puedan tener acceso a las corporaciones públicas, que puedan tener acceso a las alcaldías y a las gobernaciones», dijo Montealegre en un comunicado.
La oficina de la ONU en Colombia se sumó al optimismo generado por el acuerdo y por medio de su representante, Fabrizio Hochschild, expresó su respaldo a este pacto parcial al tiempo que reiteró «su plena disposición para seguir apoyando el proceso de paz».