
SANTO DOMINGO, – Al menos 27 personas murieron, incluyendo un gobernador provincial, y 134 más resultaron heridas en la madrugada del martes cuando se derrumbó el techo de una discoteca en la capital dominicana, Santo Domingo, informaron las autoridades.
Los equipos de rescate trabajaban para rescatar a las personas que se cree que aún están atrapadas bajo los escombros, dijo Juan Manuel Méndez, jefe del centro de operaciones de emergencia de República Dominicana.
Méndez no calculó el número de personas que se cree que estaban dentro de la discoteca Jet Set, ubicada cerca de la costa.
“Presumimos que muchos de ellos todavía están con vida y por eso las autoridades aquí presentes no vamos a desmayar hasta que no quede una sola persona debajo de esos escombros”, manifestó.
Nelsy Cruz, la gobernadora de la provincia noroeste de Montecristi, estaba entre las víctimas. Entre los heridos está el cantante de merengue Rubby Pérez, quien se encontraba en plena actuación cuando el techo se desplomó, de acuerdo con las autoridades.
El manager de la discoteca, Enrique Paulino, cuya camisa estaba salpicada de sangre, dijo a los periodistas en el lugar que el concierto comenzó poco antes de la medianoche, y que el techo se desplomó casi una hora después, matando al saxofonista del grupo.

“Fue algo repentino. Yo logré tirarme en una esquina”, dijo, añadiendo que inicialmente pensó que era un terremoto.
La causa del derrumbe no estaba clara de inmediato.
El presidente del país, Luis Abinader, escribió en la red social X que todas las agencias de rescate están “trabajando incansablemente” para ayudar a los afectados.
«Lamentamos profundamente la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set. Hemos seguido el caso minuto a minuto desde que ocurrió», afirmó.
Abinader llegó al lugar y abrazó a quienes buscaban a amigos y familiares, algunos con lágrimas corriendo por sus rostros. No habló con los periodistas.
Un funcionario con un megáfono se encontraba afuera del club implorando a la gran multitud que se había reunido para buscar a amigos y familiares que dieran espacio a las ambulancias.
“Tienen que cooperar con las autoridades, por favor», indicó. «Se están sacando a las personas”.
En el exterior de un hospital al que fueron trasladados los heridos, una funcionaria leía en voz alta los nombres de los sobrevivientes mientras una multitud se agolpaba a su alrededor y gritaba los nombres de sus seres queridos.
La causa del derrumbe no estaba clara de inmediato.