La reciente victoria de Donal Trump, un negacionista del calentamiento global, ha causado estupor esta semana en la cumbre del clima (COP22) de Marrakech, a pesar de lo cual la mayoría de países se han reafirmado en su apoyo a una lucha climática que China parece ahora dispuesta a abanderar.
«Ningún movimiento del Gobierno de los Estados Unidos va a detener la transición de China hacia una economía baja en carbono», aseguró ayer a la prensa agolpada en el pabellón del gigante asiático en la COP22 un miembro de la delegación china en Marrakech.
«Esta transición es un movimiento imparable que no se va a detener porque haya un nuevo gobierno en Estados Unidos; los esfuerzos de la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático no se van a detener», ha insistido.
Una negociadora de la UE ha reconocido a Efe que la victoria electoral de Trump cayó «como un jarro de agua fría» el pasado miércoles en los plenarios de la cumbre de Marrakech, donde negociadores de cerca de 200 países acuerdan el «libro de reglas» que regirá el recién entrado en vigor Acuerdo de París.
Esta fuente recuerda con preocupación cómo la salida del protocolo de Kioto del ex presidente estadounidense George Bush, «incitó» a la estampida a un buen puñado de países desarrollados.
El nuevo presidente electo de Estados Unidos ha expresado públicamente que el cambio climático es «una farsa inventada por los chinos para ganar competitividad», y prometió en campaña que cancelaría la ratificación del Acuerdo de París y los pagos a todos los programas de cambio climático de la ONU comprometidos por la administración Obama.
Trump ya anunció ayer sábado que entre sus primeras diez medidas al llegar a la Casa Blanca estará la cancelación de los próximos pagos a los programas climáticos.
Esa decisión supondría un grave varapalo para los países en desarrollo, ya que Estados Unidos, junto con a UE o Noruega, es uno de los mayores donantes en financiación climática, con tres mil millones comprometidos hasta 2020 sólo para uno de sus mecanismos, el Fondo Verde, de los que la administración Obama solo ha pagado 500 hasta el momento.
Expertos legales de la fundación estadounidense Word Resources Institute presentes en Marrakech han explicado a Efe que salirse del Acuerdo de París una vez ya ratificado supondría para Estados Unidos iniciar un trámite que duraría no menos de cuatro años.
Por tanto, la única manera de poder hacerlo siendo Trump presidente, sería abandonando la propia convención de cambio climático de la ONU, a la que Estados Unidos pertenece desde su creación en 1992.
«Creo que debemos esperar para ver si finalmente Trump toma efectivamente esa decisión y ver la manera de manejarla con la administración estadounidense. Nuestra intención es que todos sigan a bordo del Acuerdo de París, que es un pacto universal», ha indicado a Efe la jefa de cambio climático de la ONU, Patricia Espinosa.
«El Acuerdo de París no va a dejar de funcionar porque una de las partes se salga, el resto de países estamos aquí para asegurar que va a salir adelante y estamos convencidos de que los ciudadanos estadounidenses está plenamente comprometidos con esta lucha contra el mayor problema al que se enfrenta la humanidad», ha señalado por su parte el presidente de la COP22, el marroquí Salahedín Mezuar.
La mayoría de los grupos negociadores consultados por Efe, incluida la delegación rusa, sostienen que, por paradójico que parezca, la victoria del negacionista Trump ha reforzado la intención de los países de trabajar juntos para combatir el cambio climático, un asunto que va mucho más allá de quién ocupe la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.
Queda por ver, sin embargo, quién liderará la transición hacia una economía baja en carbono y libre de combustibles fósiles pactada por los países mediante el recién entrado en vigor Acuerdo de París que en los últimos años venía abanderado Estados Unidos.
Teresa Ribera, directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales, ha indicado a Efe que muy probablemente será China, un país que «ha hecho de la lucha contra el cambio climático la mayor apuesta económica e industrial de su desarrollo».
Caty Arévalo
Marrakech (Marruecos), 13 nov (EFE).-