China acusó a Estados Unidos de actuar con «arbitrariedad e hipocresía» por culpar al Ejército chino de actividades de espionaje industrial, cuando, según Pekín, es Washington el que ha llevado a cabo «actividades a larga escala de robo de datos cibernéticos y vigilancia».
«China es víctima de graves ciberataques lanzados desde EEUU», aseguró hoy en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hong Lei, quien pidió el fin de ese espionaje.
Hong se sumó a las condenas de la diplomacia china lanzadas contra la Administración de EEUU después de que el Departamento de Justicia norteamericano imputara ayer a cinco militares chinos por presunto espionaje industrial a compañías estadounidenses.
«El Gobierno y el Ejército chino jamás han estado involucrados en ningún ataque cibernético o en presuntos robos de secretos comerciales», aseguró Hong, al afirmar que «por el contrario, es EEUU el que ha llevado a cabo labores de vigilancia y escuchas contra empresas, instituciones e individuos de China».
Similares argumentos utilizó el adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores Zheng Zeguang en su reunión con el embajador estadounidense en Pekín, Max Baucus, quien fue convocado de urgencia por China la pasada madrugada.
«Las acusaciones contra el personal chino carecen de fundamento y son malintencionadas», señaló Zheng al jefe de la legación estadounidense, a quien señaló que Washington «debe a China y al mundo una explicación por sus propios comportamientos».
Zheng y Hong aludían al caso Edward Snowden, el extécnico de la CIA que en mayo del año pasado destapó, tras refugiarse en la región especial china de Hong Kong, la red de espionaje estadounidense a usuarios de internet de todo el mundo.
De hecho, las acusaciones iniciales de espionaje cibernético lanzadas por EEUU contra China, en febrero del pasado año, se diluyeron tras la aparición del caso Snowden, ya que ambas partes reconocieron entonces un problema mutuo y la necesidad de cooperar conjuntamente en materia de seguridad cibernética.
China decidió ayer, tras presentarse los cargos contra sus cinco militares, suspender esa cooperación y cancelar el Grupo de Trabajo Cibernético Chino-Estadounidense «dada la falta de sinceridad de EEUU en resolver asuntos relacionados con la ciberseguridad».
Las tensiones entre China y EEUU por las acusaciones mutuas de espionaje también se debatieron en la reunión que hoy mantuvieron en Shanghái (este) el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping.
En el comunicado conjunto tras el encuentro, China y Rusia manifestaron su preocupación por «el uso de tecnología de la información con perjuicio a la soberanía y la privacidad».
Esas prácticas «son contrarias al mantenimiento de la estabilidad y la seguridad», destacaron los líderes de los dos países que han dado refugio a Snowden en 2013 y 2014.
Los cinco militares chinos imputados en EEUU, quienes en principio se encuentran en territorio chino, son Wang Dong (que en internet utilizaba el sinónimo «UglyGorilla»), Gu Chunhui (alias «KandyGoo»), Huang Zhenyu, Wen Xinyu y Sun Kailiang, este último con rango de capitán.
Según el Departamento de Justicia estadounidense, el espionaje chino buscaba dar ventajas competitivas a empresas estatales del país asiático con la ayuda de una unidad militar de piratas informáticos con sede en un edificio militar de Shanghái.
Entre las empresas afectadas por el presunto espionaje electrónico industrial figuran United States Steel, Alcoa, Westinghouse Electric, SolarWorld y Alleghny Tecnologies, de los sectores energético, del aluminio y el acero.
Según un informe del estatal Centro de Desarrollo de Internet de China publicado el 15 de mayo, servidores radicados en EEUU fueron el origen de una tercera parte de los ataques que sufrieron el pasado año 10,9 millones de ordenadores dentro del territorio chino para poder ser controlados desde el exterior.
Pekín, 20 may (EFE).-