Washington, 16 mar (EFE).- El Salvador, Guatemala y Honduras plantearon hoy a Estados Unidos su visión sobre la Alianza para la Prosperidad y esperan que las líneas maestras de este plan para promover el desarrollo de Centroamérica estén definidas para antes de la próxima Cumbre de las Américas.
Cinco meses después de la presentación de la propuesta en Washington, el plan para potenciar el desarrollo económico de Centroamérica y frenar la inmigración ilegal a Estados Unidos podría conocerse antes de la gran cita continental, que se celebra dentro de un mes en Panamá.
El canciller de Honduras, Arturo Corrales, espera que el plan sea una realidad «pronto», según dijo de visita en Washington junto a sus homólogos de Guatemala y El Salvador para promover la iniciativa y con los que participó en una mesa redonda en el Consejo de las Américas.
«El día de hoy se entregó al Departamento de Estado la posición conjunta desarrollada por los tres países. Ellos tendrán, obviamente, que hacer sus comentarios en una segunda etapa y luego habrá un comentario final que tiene que estar listo para antes de la Cumbre de las Américas», detalló Corrales.
Los esfuerzos de promoción de los tres ministros de Exteriores se dirigirán sobre todo al Congreso, donde tienen previsto reunirse mañana con legisladores republicanos y demócratas, algunos de ellos del Caucus Hispano, para pedirles la aprobación de los 1.000 millones de dólares que la Casa Blanca propuso para ese plan.
«Estamos aquí para convencer a Estados Unidos de que somos aliados, somos socios para la paz, para la seguridad, para la democracia y, hoy por hoy, somos democracias constituidas que necesitan esa ayuda para poder despegar», destacó el canciller guatemalteco, Carlos Raúl Morales.
En el mismo sentido se pronunció su homólogo de El Salvador, Hugo Martínez, que dirá al Legislativo, en manos republicanas, que los tres países centroamericanos que componen el Triángulo Norte y Estados Unidos están en «el mismo barco» y deben trabajar juntos.
La presión al Congreso fue definida por el canciller hondureño como «lobby» que, durante toda su intervención, defendió el carácter centroamericano del plan y la participación adicional por sus propios intereses de seguridad nacional de EE.UU., a cuyas fronteras llegaron el verano pasado miles de menores no acompañados.
Los cancilleres se reunieron ya hoy con responsables del Banco Interamericano del Desarrollo (BID), promotor del plan y que, según detallaron, está ayudando a definir un presupuesto final, que en otras ocasiones se ha estimado en 15.000 millones de dólares.
Esta vez los países optaron por la prudencia, no quisieron dar una cifra global de la inversión, aunque sí destacaron la importancia de aportar recursos de forma conjunta al proyecto.
«Por cada dólar de EE.UU., (los centroamericanos) tenemos la responsabilidad de poner otro», afirmó Morales, que aseguró que el 80 % de los presupuestos nacionales de los tres países ya se están destinando a promover objetivos del plan, como el fortalecimiento de las instituciones o la mejora de la seguridad.
La visita de los tres cancilleres no incluirá una reunión con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, con quien ya se entrevistaron en Guatemala para definir el borrador del plan hace dos semanas.
Según detalló Morales, ese borrador está estructurado en torno a cuatro ejes: dinamizar el sector productivo, desarrollar el capital humano, mejorar la seguridad ciudadana y el acceso a la justicia y por último fortalecer las instituciones.
Además, acompañado por dos empresarios de El Salvador, el canciller salvadoreño, Hugo Martínez, insistió en el «carácter integral» del plan y en la importancia de unir en su implementación al Gobierno, a la sociedad civil y al sector privado.
La visita de los cancilleres coincide con las elecciones el miércoles de la Organización de Estados Americanos (OEA) para elegir al nuevo secretario general de la organización, y en las que se da por segura la victoria del excanciller uruguayo Luis Almagro, que se presenta sin rivales.
Beatriz Pascual Macías