El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y su homóloga del Reino Unido, Theresa May, confirmaron hoy que el acuerdo de libre comercio entre Canadá y la Unión Europea (UE), conocido como CETA, es la base para un futuro acuerdo comercial entre Ottawa y Londres.
La primera ministra británica viajo a Canadá para tratar las relaciones económicas entre ambos países y estrechar lazos en materia de cooperación.
«Hay mucho de lo que tenemos que hablar sobre nuestra relación bilateral, sobre cómo podemos edificar en base al acuerdo CETA con la Unión Europea», afirmó May, que permanecio sólo unas horas en Canadá, al inicio de su reunión con Trudeau.
CETA es el tratado comercial firmado por la UE y Canadá tras siete años de negociaciones que entrará en vigor esta misma semana y por el que la mayor parte de las exportaciones entre las dos jurisdicciones estarán exentas de aranceles aduaneros.
Aunque May no lo indicó en su declaración pública, el Reino Unido está interesado en llegar a un acuerdo de libre comercio con Canadá similar al CETA una vez que el país europeo abandone la UE.
«Hay otros asuntos en los que compartimos las mismas ideas y que pueden aumentar nuestra cooperación, incluida su agenda sobre el empoderamiento de mujeres y lo que podemos hacer en todo el mundo al respecto», dijo también May a Trudeau.
Por su parte, Trudeau ha declarado que «Canadá y el Reino Unido disfrutan de una profunda y duradera relación, forjada por siglos de historia compartida, tradiciones y lazos familiares», y que él espera utilizar las relaciones económicas entre los dos países para establecer «una cooperación incluso más estrecha».
Trudeau y May también trataron durante su reunión el creciente conflicto entre Canadá y la empresa estadounidense Boeing, que afecta al Reino Unido.
Boeing ha iniciado procesos en Estados Unidos para que se le impongan tarifas punitivas a las importaciones al país de aviones producidos por Bombardier, por entender que Canadá está subvencionando su producción y suponen una competencia desleal.
Hoy Trudeau afirmó que Canadá no comprará los aviones de combate Super Hornet, producidos por Boeing, que estaba considerando para fortalecer su fuerza aérea si la compañía estadounidense mantiene su posición.
«No haremos negocios con una empresa que está ocupada en presentar demandas contra nosotros e intenta eliminar nuestros empleos en el sector aeronáutico», dijo Trudeau.
Durante la rueda de prensa, May dijo que el Reino Unido también tomará medidas para proteger los empleos en su país.
Una de las principales plantas de material aeronáutico de Bombardier está situada en Irlanda del Norte.