El apoyo incondicional y duradero de Canadá a Ucrania estará bajo una nueva e intensa presión a principios del nuevo año, mientras Occidente se prepara para una posible acción militar de Rusia, tal vez a fines de enero.
Podría haber hasta cinco escenarios posibles sobre cómo podría desarrollarse la crisis actual en Europa del Este, y casi todos son malos.
La reunión de más de 100.000 soldados rusos en la frontera oriental de Ucrania y la posibilidad de una invasión en toda regla han llamado la atención de los líderes y políticos occidentales.
Es solo uno de los escenarios potenciales, aunque los funcionarios de inteligencia estadounidenses dicen que el presidente ruso Vladimir Putin no se ha decidido a usar una fuerza militar abrumadora y el Kremlin niega que esté planeando una invasión.
Canadá, que originalmente patrocinó la candidatura de Ucrania para unirse a la OTAN, y se encuentra entre los mayores porristas y defensores del país, encontrando que enfrenta decisiones incómodas en el nuevo año, tanto a nivel internacional como nacional.
Estados Unidos y la OTAN ya han dicho que no enviarán tropas para defender el país en caso de una invasión. Eso es motivo de ansiedad en la población de la diáspora canadiense-ucraniana, políticamente activa y ocasionalmente estridente en este país.
El gobierno liberal tendrá que alinearse con otros aliados de la OTAN, sin importar lo doloroso que sea a nivel nacional.
Stefanie von Hlatky, profesora asociada de estudios políticos en la Queen’s University en Kingston, Ontario, dijo que el desafío para el gobierno será «resaltar lo que ya está haciendo en Ucrania».
