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Canadá se lanza a una carrera contrarreloj para salvar tratado económico con la Unión Europea

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El representante especial canadiense para la promoción del Acuerdo Global Económico y Comercial Canadá-Unión Europea (CETA), Pierre Pettigrew. EFE/Archivo
El representante especial canadiense para la promoción del Acuerdo Global Económico y Comercial Canadá-Unión Europea (CETA), Pierre Pettigrew. EFE/Archivo

Canadá se ha embarcado en una carrera contrarreloj para intentar salvar el Acuerdo Global Económico y Comercial Canadá-Unión Europea (CETA) cuya firma y ratificación están amenazadas por la decisión de la región belga de Valonia de rechazar el tratado.

Poco después de que se supiese el viernes que el parlamento de Valonia votó en contra de la ratificación del tratado, el Gobierno canadiense anunció el envío de su representante especial para la promoción de CETA, Pierre Pettigrew, a París para intentar convencer a los escépticos.
Pettigrew tiene que conseguir resultados antes de que el martes los ministros de Comercio de los 28 socios de la Unión Europea voten para aprobar CETA, un voto que tiene que ser unánime para mantener vivo el acuerdo que es fruto de siete largos años de negociaciones entre Ottawa y Bruselas.
De acuerdo con la constitución belga, con el rechazo de Valonia, o de cualquiera de sus otros dos gobiernos regionales, Bélgica no puede aprobar el acuerdo.
La misión de Pettigrew es evitar que la autoridades de Valonia comuniquen de forma oficial al Gobierno belga su rechazo a CETA por lo que Ottawa solicitó al líder valón, Paul Magnette, una reunión con su representante especial.
Pettigrew es un experimentado negociador y respetado político, entre otros cargos fue ministro de Asuntos Exteriores entre 2003 y 2004, de Comercio Internacional en el periodo 1996-1999 y fue nombrado en agosto representante especial de CETA ante las crecientes reticencias de algunos en Europa al acuerdo.
Según dijo hoy la prensa canadiense, Pettigrew mantuvo el mismo viernes una reunión con Magnette en París, encuentro que el Ministerio de Comercio Internacional canadiense calificó como «valiosa y franca».
Aunque la tarea de Pettigrew es complicada, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró el viernes que estaba convencido que la UE votará el martes a favor del acuerdo.
De momento, Trudeau no ha cambiado sus planes para viajar a Europa a finales de octubre para participar en la cumbre entre Canadá y la UE donde está previsto la firma oficial del acuerdo.
«Siempre hemos sabido que va a ser necesario mucho trabajo hasta el final. Pero estoy convencido que hay muchos países europeos fuertes, como vimos ayer (viernes) con Francia, como Alemania que está totalmente convencida, y otros, que este acuerdo va a ser aprobado», dijo Trudeau.
El ministro de Asuntos Exteriores canadiense, Stéphane Dion, se expresó de forma similar durante una conferencia de prensa cuando fue preguntado sobre el futuro de CETA.
«Tras el voto del brexit, cada vez más países ven que es importante mostrar que son capaces de avanzar. Tienen una oportunidad de demostrar al mundo que la UE sigue siendo capaz de avanzar con políticas progresivas y libre comercio», declaró Dion.
Las palabras de Dion evocan la fuerte advertencia que el jueves lanzó Trudeau en Ottawa a los países europeos durante una rueda de prensa junto con el primer ministro francés, Manuel Valls.
Trudeau afirmó que es el momento «para que la UE decida en qué está a favor».
El primer ministro canadiense explicó que si la UE no puede firmar el acuerdo negociado con Canadá, un tratado que calificó como «progresista» y bueno para trabajadores y el medioambiente, «¿con quién cree Europa que puede hacer negocios en los próximos años?».
«En un mundo que está cada vez más dividido y asustado de los otros, este acuerdo aúna países que tienen intereses comunes. Es un nuevo estándar en libre comercio», afirmó.
Pero la oposición a CETA no se limita a sectores europeos. Grupos políticos y sociales canadienses también han expresado sus reticencias a un acuerdo que fue negociado con gran secretismo por el anterior Gobierno canadiense del primer ministro conservador Stephen Harper.
El Partido Verde de Canadá, que cuenta con un diputado en el Parlamento canadiense, ha rechazado CETA por «el uso de tribunales secretos que permitirán a las empresas evitar leyes estatales con mecanismos de resolución de disputas entre estados e inversores».
Y el Consejo de Canadienses, una de las principales ONG del país, también ha expresado su fuerte oposición a la firma del acuerdo comercial por razones similares.
Según la organización, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyo controvertido Capítulo 11 establece tribunales de resolución de disputas para inversores, «ha convertido a Canadá en el país contra el que más demandas se han presentado en el mundo desarrollado».

Toronto (Canadá), 15 oct (EFE).-

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