Canadá anunció este martes que mantendrá la prohibición de entrada a todos los viajeros extranjeros hasta al menos el 31 de julio por la pandemia del coronavirus.
Ottawa justificó la medida porque «la introducción o diseminación de la enfermedad supondría un riesgo inminente y grave para la salud pública en Canadá. La entrada de personas en Canadá que han estado recientemente en otro país puede introducir o contribuir la propagación de la enfermedad».
El país también recomienda a sus ciudadanos que no viajen al extranjero y ha impuesto una cuarentena de 14 días a todas las personas que regresan a su territorio.
Las únicas excepciones a la prohibición, que se inició a mediados de marzo, son los casos de los trabajadores considerados esenciales; los de familiares inmediatos de ciudadanos canadienses o residentes permanentes en el país, y los de estudiantes internacionales que cursan estudios en Canadá.
La extensión del cierre de la frontera canadiense hasta el 31 de julio no afecta a Estados Unidos, con el que Canadá tiene un acuerdo específico, que de momento prohíbe hasta el 21 de julio los viajes entre los dos países, menos los considerados esenciales y los de tráfico comercial.
La semana pasada, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ya adelantó que Canadá mantendría sus fronteras cerradas al señalar que iban a ser muy «cuidadosos» sobre cuándo y cómo iban a reabrir las fronteras internacionales.
La UE aprobó este martes la apertura, a partir del 1 de julio, de sus fronteras exteriores a 14 países considerados seguros, entre los que se encuentra Canadá aunque cada Estado europeo determinará finalmente si mantiene la prohibición a cualquiera de las naciones de la lista.
A fecha de hoy, Canadá contabiliza 104.151 casos de COVID-19 y 8.591 muertes; la mayoría de los contagios y fallecimientos se concentran en las dos principales provincias del país, Quebec y Ontario.
Quebec anunció este martes que obligará a que todas las personas que viajan en transporte público cubran su boca y nariz con mascarillas para limitar la propagación de la enfermedad.
Toronto, la principal ciudad canadiense, también tiene previsto hacer obligatorio el uso de mascarillas en el interior de todos los edificios públicos.