El Gobierno canadiense aprobó hoy finalmente la adquisición de las empresas petroleras Nexen y Progress Energy Resources por parte de empresas estatales de China y Malasia, tras meses de deliberaciones.
Canadá aprobó la adquisición por parte de China National Offshore Oil Corp (CNOOC) de Nexen, una operación valorada en 15.100 millones de dólares canadienses, así como la compra de Progress Energy Resources for Petroliam Nasional (Petronas) por 5.200 millones de dólares.
Canadá retrasó en varias ocasiones su decisión ante la intensa controversia que la adquisición de Nexen provocó en este país y Estados Unidos por el temor a que una empresa estatal china controle parte de los yacimientos de arenas bituminosas canadienses, considerados como unas de las mayores reservas de crudo del mundo.
Canadá también había rechazado inicialmente la primera oferta que Petronas había presentado para hacerse con Progress Energy Resources.
La legislación canadiense permite que Canadá bloquee la venta de empresas si la operación no supone un «beneficio neto» para el país.
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, rechazó que la entrada de CNOOC en el sector petrolífero canadiense suponga una amenaza para el país.
«Cuando decimos que Canadá está abierta a los negocios eso no significa que esté a la venta para gobiernos extranjeros», dijo hoy Harper durante una rueda de prensa.
«Esta operación, en sí misma, no provoca el miedo de que estemos transformando las arenas bituminosas canadienses de un sector de libre mercado que opera globalmente a un sector bajo el control de gobierno extranjeros», afirmó.
Pero Harper añadió que el Gobierno canadiense vigilará que no aumente la tendencia de grandes operaciones de control de empresas energéticas canadienses por parte de «empresas estatales que están bajo un control bastante directo de gobiernos extranjeros».
«Esa tendencia, de continuar, nos produciría una gran preocupación por lo que me aseguraré de que no lleguemos a esa situación», sentenció Harper.
En ese sentido, a la vez que aprobó las adquisiciones de Nexen y Progress Resource, Canadá anunció que a partir de ahora las operaciones en las que estén implicadas empresas estatales extranjeras estarán sujetas a normas más estrictas que las que rigen las operaciones de empresas privadas.
El Ministerio de Industria canadiense dijo a través de un comunicado que, a partir de ahora, «la carga de la prueba recae sobre los inversores extranjeros, que tendrán que demostrar al ministro que una inversión particular es probable que beneficie a Canadá».