Toronto (Canadá), 17 jun (EFE).- El Gobierno canadiense dio luz verde hoy al controvertido proyecto de construcción de un oleoducto que conecte los yacimiento petrolíferos de la provincia de Alberta con el Pacífico a pesar de la oposición de grupos indígenas, comunidades y organizaciones ecologistas.
Tal y como estaba previsto, el Gobierno canadiense aprobó la construcción del llamado Northern Gateway, un oleoducto de 1.177 kilómetros propuesto por la empresa Enbridge para exportar a Asia el crudo de los yacimientos de arenas bituminosas de Alberta a través de un puerto en la costa del Pacífico canadiense.
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, había señalado en numerosas ocasiones que el proyecto es fundamental para el desarrollo de los ricos yacimientos petrolíferos canadienses y la prosperidad económica de Canadá.
En 2012, Harper sacó a Canadá del Protocolo de Kioto, el único país que ha abandonado el tratado internacional para la lucha contra el cambio climático, para poder desarrollar sin limitaciones los yacimientos de Alberta, que se consideran entre los más grandes del mundo.
Numerosos grupos indígenas, por cuyos territorios tradicionales tiene que pasar el oleoducto, se han opuesto al proyecto por temor a las consecuencias medioambientales de un posible derrame y la falta de consulta por parte del Gobierno canadiense y Enbridge.
Grupos ecologistas y los partidos de la oposición también se han opuesto al proyecto por el riesgo que el proyecto supone para las aguas del Pacífico Norte.
El proyecto Northern Gateway prevé la construcción de una terminal de carga de crudo en la localidad de Kitimat, en un área crucial para numerosas especies incluida la ballena jorobada.
Se prevé que entre 600 y 700 superpetroleros circulen cada año por las aguas en caso de la construcción de la terminal lo que las organizaciones ecologistas prevén causará graves prejuicios a la vida animal de la zona.
Tras el anuncio del Gobierno de Harper de la aprobación de Northern Gateway, líderes indígenas anunciaron que iniciarán protestas en contra del proyecto a la vez que recurrirán a los tribunales para intentar detener su construcción.
Los dos principales partidos de la oposición, el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) y el Partido Liberal, también expresaron su oposición al proyecto y dijeron que si llegan al poder tras las elecciones generales de 2015 pararán su desarrollo.
En 2011, Harper «amenazó» a Estados Unidos con exportar su petróleo a China si Washington no aprobaba la construcción de otro oleoducto, el llamado Keystone XL, que debe transportar el crudo canadiense a las refinerías estadounidenses en el Golfo de México.
El Gobierno estadounidense ha demorado en varias ocasiones la resolución de Keystone XL, un proyecto al que se oponen grupos ecologistas y muchas organizaciones de la sociedad civil estadounidense, lo que ha provocado la irritación de Harper.