Un camión bomba estalló el sábado por la mañana junto a un transitado puesto de seguridad en la capital de Somalia, matando al menos a 78 personas, incluso muchos estudiantes, informaron las autoridades. Fue el peor ataque en Mogadiscio desde el devastador atentado de 2017 que mató a cientos de personas.
La mayoría de quienes murieron eran estudiantes universitarios y de otros niveles que regresaban a clases, informó en el lugar de los hechos el alcalde Omar Mohamud Mohamed. Dos hermanos turcos están entre los muertos, dijo el ministro de Exteriores de Somalia.
Al menos 125 personas resultaron heridas, dijo el director del servicio de ambulancias Aamin Abdiqadir Abdulrahman, y cientos de residentes de Mogadiscio donaban sangre.El presidente Mohamed Abdullahi Mohamed condenó el ataque como un “atroz acto de terror” y culpó al grupo extremista local Al Shabab, que está vinculado con al Qaeda y cuyo alcance se ha extendido a ataques letales en centros comerciales de lujo y escuelas en la vecina Kenia.
Fue uno de los ataques más mortíferos en tiempos recientes en Mogadiscio. El número de muertos podría aumentar, ya que decenas de personas heridas fueron llevadas a hospitales, informó el vocero del gobierno, Ismail Mukhtar, a The Associated Press.
El director del hospital Madina, Mohamed Yusuf, dijo que había recibido 73 cadáveres. El servicio de ambulancias Aamin reportó al menos 76 fallecidos y más de 50 heridos.
El capitán Mohamed Hussein dijo que la explosión estuvo dirigida contra un centro de colección de impuestos y ocurrió durante la hora pico matutina en Mogadiscio. Una espesa columna de humo negro cubría la ciudad.
Las imágenes mostraban chasises destrozados de vehículos y cuerpos tirados en el piso. En un hospital, familiares y amigos buscaban entre decenas de cadáveres.
“Vi muchos cuerpos muertos tirados en el piso”, dijo el testigo Mohamed Abdi Hakim. “Algunos de los muertos eran policías, pero la mayoría eran estudiantes”.
Nadie reivindicó el ataque por el momento. El grupo islamista Al Shabab acostumbra lanzar ataques similares. El grupo fue expulsado de la capital hace varios años, pero continúa atacando blancos vitales como retenes y hoteles en la ciudad a orillas del mar.
Al Shabab fue acusado de un devastador ataque con un camión bomba en la capital en octubre de 2017 que mató a más de 500 personas. El grupo nunca se atribuyó responsabilidad por ese ataque, que causó una enorme indignación pública. Algunos analistas dijeron que Al Shabab no se atrevió a reivindicar el ataque pues su estrategia de tratar de cambiar la opinión pública al mostrar a un gobierno débil había fallado.
El ataque genera nuevas preocupaciones sobre la capacidad de las fuerzas gubernamentales somalíes para asumir la responsabilidad por la seguridad en el país de manos de una misión de la Unión Africana.
Al Shabab, blanco de crecientes ataques aéreos estadounidenses desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, controla partes del sur y el centro de Somalia. Se financia con un sistema de “impuestos” que expertos describen como extorsión a negocios y viajeros, que le genera millones de dólares al año.