Decenas de manifestantes apoyaron hoy con un cacerolazo en la Plaza de Bolívar, en pleno centro de Bogotá, las reivindicaciones del campesinado colombiano en huelga desde hace ocho días para reclamar más ayuda gubernamental para el sector.
La ruidosa protesta se hizo sentir a partir de las 19.00 hora local (00.00 GMT del martes) y fue acompañada con bocinazos y arengas en favor de los labriegos a los que decían «acompañar porque no están solos».
La jornada tuvo momentos de tensión porque los manifestantes derribaron las vallas de contención que hay en las afueras del Congreso de la República, que queda a un costado de la Plaza de Bolívar.
Los manifestantes ganaron las escaleras que llevan al interior del recinto, al que no llegaron a ingresar pues muy cerca de ellos estaba un cuerpo policial desarmado especializado en contener muchedumbres.
El cacerolazo casi coincidió con el anuncio del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, sobre que su Gobierno negociará a partir de mañana con representantes de los campesinos que bloquean carreteras del país.
Desde Tunja, capital del departamento de Boyacá, a donde acudió para dialogar con los líderes de la protesta, el mandatario señaló que se conformó una mesa con representantes de los labriegos de esa región y de Cundinamarca (centro) y Nariño, departamento fronterizo con Ecuador.
A su llegada a Tunja, Santos fue recibido también con un cacerolazo.
Bogotá, 26 ago (EFE).-