El venezolano Miguel Cabrera, de los Tigres de Detroit, no pierde el protagonismo y aun cuando sigue lastimado fue el encargado de sellar los bates del Juego de las Estrellas con el poder explosivo de su swing al conectar el único jonrón que se dio en el tradicional partido de mitad de temporada.
Cabrera hizo tres viajes a la caja de bateo y cazó la serpentina del abridor estelar de la novena de la Liga Nacional, Adam Wainwight, de los Cardenales de San Luis, para hacer volar la pelota por todo lo alto del jardín izquierdo hasta superar la barda y abrió el camino del triunfo del Joven Circuito por 5-3.
El venezolano no deja de ser protagonista en las mayores, y se encargó de castigar con el poder de su bate a pesar de que horas antes del inicio del partido reconoció que la molestia en la ingle que le afectó durante casi toda la temporada pasada no desaparece.
En declaraciones previas al partido, el venezolano, actual Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana, declaró que no ha podido recuperarse completamente de la lesión en la ingle que le afectó casi durante toda la campaña del 2013.
«Hay ocasiones en que me siento perfectamente bien, pero hay otras en que siento los músculos tensos y que no están funcionando apropiadamente», declaró Cabrera a medios de comunicación.
Pero Cabrera brilló en el Juego de las Estrellas que se disputó en el «Target Field», en Minneapolis, donde también fue protagonista el veterano campocorto Derek Jeter, de los Yanquis de Nueva York, que después de 19 temporadas en las Grandes Ligas está será su última participación y temporada como jugador en activo.
Jeter, de 40 años, después de cuatro episodios dejó el campo y el parador en corto cubano Alexei Ramírez, de los Medias Blancas de Chicago, encargado de reemplazarlo, cumplió al irse de 2-1.
Ramírez pegó una vez en dos ocasiones con el bate y pisó una vez la registradora.
Desde el montículo, otro venezolano el lanzador estelar de los Marineros de Seattle, Félix Hernández, tuvo el honor de ser el encargado de abrir el juego con el equipo de la Liga Americana.
Hernández, que salió sin decisión, estuvo mandando disparos en un episodio, aceptó un imparable, y retiró a dos enemigos por la vía del ponche.
El venezolano enfrentó a cuatro enemigos con 14 lanzamientos, nueve de ellos a la zona escondida del «strike».
Su compañero de equipo, el cerrador dominicano Fernando Rodney también tuvo protagonismo desde el montículo al sacar el último «out» del octavo episodio y no permitir que la Nacional pudiese amenazar con la remontada.
Aunque el equipo de la Liga Nacional perdió, los lanzadores latinos encabezados por el abridor dominicano Alfredo Simon, de los Rojos de Cincinnati, y el relevista venezolano Francisco Rodríguez, de los Cerveceros de Milwaukee, hicieron su trabajo.
Simón lanzó el tercer episodio y cedió sólo un imparable con un ponche después de realizar 22 envíos al receptor y 14 fueron colocados en la zona del «strike».
Mientras que Rodríguez trabajó completo el sexto episodio y solo necesitó 12 lanzamientos, cuatro fueron colocados en la zona buena, y dio una base por bolas.
El bate latino en el «Viejo Circuito» tuvo como protagonista al antesalista dominicano Aramís Ramírez, de los Cerveceros, que pegó dos imparables en tres turnos al bate y anotó una carrera.
Todo lo contrario de lo que sucedió con el jardinero cubano Yasiel Puig, de los Dodgers de Los Ángeles, que se fue de 3-0, mientras que el campocorto dominicano Starlin Castro, de los Cachorros de Chicago, también tuvo la pólvora mojada en el único viaje que hizo a la caja de bateo.
El receptor venezolano Miguel Montero, de los Diamondbacks de Arizona, tuvo de 1-0 y el guardabosques dominicano, de los Cerveceros, Carlos Gómez, de 2-0.
Houston (EEUU), 16 jul (EFE).-