El partido entre Brasil y Argentina será este martes a las 8:00 p.m. en el estadio Mineirao. El mayor clásico entre selecciones del mundo llega a la Copa América 2019.
Brasil y Argentina abrirán este martes las semifinales del torneo en el siempre sorprendente estadio Mineirao de Belo Horizonte, una final anticipada entre dos gigantes cuestionados en busca de la redención.
La expectación es máxima para esta nueva edición del superclásico de las Américas después de casi tres semanas de poco fútbol y escasas exhibiciones individuales.
La Albiceleste confía en continuar con su progresión tras los brotes verdes que aparecieron en cuartos ante Venezuela (0-2), a la espera del advenimiento de Lionel Messi, desaparecido en combate y solo protagonista por criticar el mal estado del césped de los estadios.
La Canarinha, en mostrar su cara A, la del rodillo que no da opción al rival como ante Perú (0-5), y evitar su lado más oscuro visto contra Venezuela (0-0) y Paraguay (0-0), el de un equipo bloqueado por los nervios cuando el cronómetro corre en su contra.
Nadie olvida el humillante 1-7 contra Alemania en las semifinales del Mundial de Brasil 2014. Ganar a Argentina en la escena del crimen podría poner un parche a esa histórica afronta.
No obstante, para la Albiceleste también es un mal trago jugar en el Mineirao contra la pentacampeona del mundo. El balance habla por sí solo: cuatro derrotas y un empate.
El más reciente precedente en el «Gigante da Pampulha» fue en 2016, un 3-0 en las eliminatorias suramericanas para el Mundial de Rusia 2018 con goles de Philippe Coutinho, Neymar y Paulinho.
Los últimos cruces entre ambas selecciones en Copa América tampoco sonríen a los argentinos. Perdieron las dos finales de las ediciones de Perú 2004 y Venezuela 2007, y cayeron en los cuartos de Uruguay 1995 y Paraguay 1999.
Esos son los números, pero al seleccionador brasileño, Tite, ahora le preocupa más la ristra de jugadores ‘tocados’ que se acumulan en la enfermería.
El lateral izquierdo Filipe Luis, titular indiscutible en esta Copa América, se entrenó ayer a medio gas y es seria duda por unas molestias en el muslo derecho. Su sustituto sería Alex Sandro.
El centrocampista Fernandinho continúa con esos dolores en la rodilla derecha y está casi descartado, mientras que el delantero Richarlison consiguió reintegrarse a la concentración tras superar un cuadro de paperas, pero está falto de ritmo.
Tite recupera al menos a Casemiro, que se perdió los cuartos ante Paraguay por sanción, una pieza clave para seguir con la portería a cero (cuatro partidos y cero goles en contra).
Enfrente estará el máximo rival. El respeto de los brasileños a Argentina, y en concreto a Messi, es inmenso.
El central Thiago Silva se refirió a Messi en vísperas del partido como «el mejor jugador de la historia» que él vio jugar.
Días antes Tite dijo del astro del Barcelona que es «incuestionable», a pesar de que esta Argentina, la de la Copa América, es la menos «messidependiente» de los últimos tiempos.
El delantero Gabriel Jesús también elogió al camisa 10 y sumó en la lista de alabanzas a Sergio Agüero, con el que comparte vestuario en el Manchester City, pero avisó a ambos que «van a tener que sudar» para superarles.
Por su parte, el seleccionador argentino, Lionel Scaloni, ya sabe lo que es perder contra la Brasil de Tite. Fue en un amistoso jugado en Arabia Saudí en octubre pasado que se decidió con un cabezazo del central Joao Miranda en el tiempo de descuento.
Para esta nueva batalla, el técnico podría repetir once por primera vez desde que sentó en el banquillo albiceleste.
Han sido trece partidos con trece alineaciones diferentes y mañana podría romper esa racha, tras la buena imagen mostrada ante la Vinotinto.
Sería además la primera vez sin variantes en los últimos 40 encuentros. La última vez que sucedió fue en la Copa América Centenario, en 2016, con Gerardo ‘El Tata’ Martino al frente.
Sin embargo, la gran incógnita que sobrevuela la concentración argentina es saber si Scaloni mantendrá el tridente ofensivo formado por Lautaro, Messi y Agüero, o dará salida a este último para reforzar el centro del campo con Ángel Di María.
Sería un cambio conservador para un superclásico que se espera que sea de alto voltaje.