Bogotá, 22 ago (EFE).- El inédito duelo electoral femenino por la Presidencia de un país latinoamericano que disputaron a fines de 2013 en Chile Michelle Bachelet y Evelyn Matthei puede repetirse en 2014 en Brasil con Dilma Rousseff y Marina Silva como protagonistas.
La diferencia, si se cumpliera lo que dicen las encuestas, es que en Brasil no ganaría la candidata a la reelección, como ocurrió en Chile con Bachelet, que asumió en marzo pasado un segundo mandato, después de haber sido presidenta durante el período 2006-2010.
Marina Silva, convertida en aspirante presidencial del Partido Socialista Brasileño (PSB) a raíz de la muerte del candidato Eduardo Campos en plena campaña para las elecciones del 5 de octubre, derrotaría en las urnas a la hoy presidenta Dilma Rousseff.
A diferencia de la conservadora Matthei, la ecologista Silva no es nueva en estas lides, pues en las elecciones de 2010, en las que Rousseff obtuvo la victoria, fue candidata y quedó en tercer lugar.
Cuatro años después volverá a competir con Rousseff y, según los resultados de las dos primeras encuestas en las que ha sido incluida, tiene grandes posibilidades de tomarse la revancha.
Aunque América Latina es una región donde hay un número significativo de mujeres que han llegado a la cima del poder, la tendencia no se da en todos los países por igual y hasta ahora solo ha habido un caso, el de Chile, donde las elecciones presidenciales se han dirimido entre dos candidatas.
De las tres elecciones presidenciales fijadas para lo que queda de 2014 en América Latina, solo en Brasil hay candidatas.
Los electores de Bolivia y Uruguay, que también están llamados a las urnas en octubre, solo podrán escoger entre varones al que será su nuevo jefe de Estado.
Según un sondeo publicado hoy por el instituto brasileño Ibope, el 5 de octubre ninguno de los candidatos logrará la mayoría necesaria, por lo que los dos más votados, que serían Rousseff y Silva, pasarán a la segunda vuelta, fijada para el 26 de octubre.
En esta segunda instancia, Silva se impondría a Rousseff, con un 45 % de los votos frente a un 36 %.
La posible victoria de Silva ya fue revelada el 18 de agosto por la firma Datafolha, que registró en un sondeo que la ecologista obtendría en segunda vuelta un 46 % de apoyo frente a un 43 % de la hoy presidenta.
Los analistas pensaban que la encuesta de Datafolha estaba influida por la conmoción que causó en Brasil la muerte de Campos en un accidente aéreo y que, pasadas las emociones, las cosas cambiarían.
La encuesta de Ibope prueba que estaban equivocados y que Silva, con su mensaje de cambio, ha calado en el electorado.
La chilena Bachelet le ganó a Evelyn Matthei en segunda vuelta con un 62 % de los votos frente a un 37 %.
Matthei era la candidata del Gobierno saliente de Sebastián Piñera, el primero de la derecha desde el retorno de Chile a la democracia.
Silva, por su parte, representa a las fuerzas de la oposición después de tres gobiernos consecutivos encabezados por miembros del Partido de los Trabajadores (PT), dos de Luiz Inácio Lula da Silva y uno de Rousseff.
Bachelet y Matthei son ambas hijas de generales de aviación, aunque sus padres quedaron en bandos distintos tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973.
Rousseff y Silva tienen en común el haber sido ministras de Lula da Silva, la primera de Minas y Energía y la segunda de Medio Ambiente, y ambas chocaron en el gabinete por sus diferentes visiones sobre el desarrollo de la Amazonía, el «pulmón verde» del planeta.
Silva, nacida en el estado amazónico de Acre, dejó en 2008 el Gobierno y también el PT, en el que militaba desde 1988, y se unió después al Partido Verde.
Entre tanto, Rousseff se ganó el padrinazgo de Lula, que la promovió como candidata del PT para las elecciones de 2010.
Como no pudo formar a tiempo su propia formación para las elecciones de 2014 Silva se afilió al PSB, del cual era candidata a la vicepresidencia hasta que murió Campos y pasó a ser la abanderada.