Los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro, y de Paraguay, Mario Abdo Benítez, visitaron este martes las obras de un segundo puente entre los dos países, presentado como un proyecto para la integración suramericana.
Los dos mandatarios se encontraron en el lado brasileño de la frontera y tuvieron una breve reunión, en la que abordaron asuntos relativos a las relaciones bilaterales y al futuro del Mercosur, bloque que ambos países integran junto con Argentina y Paraguay.
Según dijeron fuentes oficiales, también discutieron la crisis sanitaria creada por la pandemia de coronavirus y subrayaron la «importancia» de la renegociación del Tratado de Itaipú, que rige la hidroeléctrica bilateral del mismo nombre y vence en 2023.
Tras el encuentro estaba prevista una comparecencia de los dos presidentes ante los periodistas, pero finalmente fue cancelada por motivos que no fueron aclarados.
Sólo hubo un breve pronunciamiento de Bolsonaro, quien al recibir a Abdo Benítez celebró el «casamiento perfecto» que, a su juicio, existe entre ambos Gobiernos, comprometidos con «libertad».
Un nuevo puente más allá de Brasil y Paraguay
El segundo puente entre Brasil y Paraguay es un proyecto que tiene ya tres décadas, se comenzó a construir en mayo del año pasado y ha tomado un carácter mucho más regional, pues será una pieza más en una conexión entre el Atlántico y el Pacífico.
Hasta ahora, la obra ha sido concluida en poco más de un 40 % y su inauguración se prevé para mediados o fines del año próximo.
El Puente de la Integración, como ha sido bautizado, costará unos 84 millones de dólares, tendrá 760 metros de largo y 19,80 metros de ancho, y estará destinado sobre todo al paso de camiones de carga.
Bolsonaro subrayó este martes que se conectará con carreteras que, del lado brasileño, desembocan en los puertos de Paranaguá y de Santos, en el litoral atlántico, en tanto que en Paraguay se acabará entroncando con rutas que atraviesan el norte de Argentina y llevan al puerto chileno de Antofagasta, en el océano Pacífico.
En lo estrictamente bilateral, el nuevo paso fronterizo aliviará el tráfico por el Puente de la Amistad, inaugurado en 1965 y por el que cada día circulan unos 40.000 vehículos, aunque ahora ese flujo está reducido por las restricciones que impone la covid-19.
Itaipú y una delicada negociación pendiente
En su encuentro privado, los mandatarios pasaron revista a diversos puntos de la relación bilateral y uno de ellos fue la negociación del tratado que rige la hidroeléctrica compartida entre ambos países.
«Ha sido una discusión muy preliminar», explicó una fuente oficial brasileña respecto al tratado firmado por Brasil y Paraguay en 1973 y que, en 2023, cuando cumpla 50 años, podrá ser revisado.
Una de las cláusulas más delicadas dice que Brasil y Paraguay tienen derecho cada uno al 50 por ciento de la electricidad generada en la represa y que la energía no utilizada debe ser vendida al otro socio.
Sin embargo, Paraguay satisface su demanda con menos del 5 % de esa electricidad, por lo que el resto acaba en Brasil y a precios inferiores a los del mercado, que el Gobierno paraguayo pretende que sean renegociados.
El futuro del Mercosur
Las mismas fuentes explicaron que, durante el encuentro, también se abordó «rápidamente» la situación del Mercosur y el interés de ambos Gobiernos en concretar el acuerdo comercial pactado con la Unión Europea (UE), que está en proceso de ratificación.
El Mercosur celebrará este mismo mes su cumbre semestral, aunque en forma virtual, debido a la pandemia, y en esa ocasión Uruguay le traspasará la presidencia semestral del bloque a Argentina, cuyo presidente, Alberto Fernández, es ahora el único progresista en un bloque dominado por líderes volcados a la derecha.
Bolsonaro, que mantuvo serias fricciones con Fernández durante el último año y medio, tuvo su primer contacto con el líder argentino este lunes, a través de una videoconferencia que fue considerada como un paso inicial para una normalización de las relaciones.
Bolsonaro pide «coraje»frente a la pandemia
Al recibir a Abdo Benítez, Bolsonaro destacó el trabajo de ambos en el combate a la pandemia de covid-19 y pidió «coraje» para hacer frente a la crisis, pues «peor que una decisión equivocada es una decisión no tomada».
Paraguay acumula hasta ahora unos 82.000 casos de coronavirus con poco más de 1.700 fallecidos y es, junto con Uruguay, considerado un modelo de combate a la pandemia en Suramérica.
El caso brasileño es completamente distinto y hasta preocupa a la región, pues es uno de los países más afectados del mundo, con 6,3 millones de contagios y más de 173.000 muertos, y hay quien teme que ya enfrente una segunda ola, sin haber concluido la primera.
Abdo Benítez acudió a la cita con la preceptiva mascarilla, pero Bolsonaro, uno de los mandatarios más negacionistas en relación al virus, del cual ya fue contagiado, se presentó con el rostro descubierto.