El exdirigente comunista Bo Xilai ha apelado la sentencia a cadena perpetua que le impuso el domingo el Tribunal Popular Intermedio de Jinan (este del país), al considerarle culpable de soborno, malversación y abuso de poder, asegura hoy el diario independiente «South China Morning Post».
«Bo decidió apelar horas después de que el tribunal le sentenciara a cárcel de por vida por corrupción», indica el periódico, que cita fuentes anónimas y cercanas al caso.
Según estas fuentes, el antiguo alto cargo, de 64 años, informó al tribunal de su apelación el mismo domingo, tras recibir el veredicto.
Bo, uno de los llamados príncipes en China -hijos de antiguos líderes revolucionarios-, entró en cólera al escuchar el domingo su pena en Jinan, provincia oriental de Shandong.
El ex miembro del Politburó chino comenzó a gritar «¡injusticia!» y «¡abuso!» cuando el juez leyó la sentencia, que le declaró culpable de tres cargos de aceptación de sobornos, además de malversación y abuso de poder.
«La decisión no está basada en los hechos. El tribunal no es transparente ni justo y no tomó en cuenta los argumentos que presentamos mis abogados y yo», dijo, según explicó otra fuente al diario.
La reacción de Bo se corresponde con la actitud combativa mostrada a lo largo del juicio, cuando rechazó sistemáticamente los cargos que se presentaron contra él y acusó a los testigos de ser poco fiables.
Según el South China Morning Post, la apelación será trasladada al Tribunal Popular Supremo de la provincia de Shandong, que escuchará la demanda de Bo a puerta cerrada.
No obstante, las posibilidades de Bo de ver reducida su condena son escasas, señala el diario, que coincide con otros observadores.
La cadena perpetua representa una sentencia más dura de lo que habían anticipado algunos analistas, y es la más severa impuesta a un alto dirigente chino desde el juicio a la «Banda de los Cuatro» a principios de los años ochenta.
La decisión del tribunal, que le juzgó a finales de agosto, pone fin a la vida pública del exministro de Comercio.
Aunque la ley china prevé que se le pueda conmutar la pena por una menor por buen comportamiento, aún debería cumplir entre 15 y 20 años de cárcel. El próximo Congreso en el que se espera un relevo de las principales autoridades chinas y una renovación de los órganos de poder tendrá lugar en 2022, dentro de nueve años.
Bo protagonizó el peor escándalo político en China en las últimas décadas, que estalló el año pasado cuando Wang Lijun, el número dos del ex dirigente, intentó pedir asilo en un consulado de EEUU.
Wang denunció que la esposa de Bo, Gu Kailai había matado meses antes al empresario británico Neil Heywood, cuya muerte se había atribuido hasta entonces a un exceso de alcohol.
Gu fue hallada culpable de este crimen y sentenciada a pena de muerte suspendida -lo que se traduce en el país en cadena perpetua-, mientras que Wang se enfrenta a 15 de prisión por corrupción y otros delitos como deserción.
Pekín, 24 sep (EFE).-