WASHINGTON – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abrirá una cumbre climática global con el compromiso de reducir al menos a la mitad los vapores de carbón y petróleo que destruyen el clima que emite Estados Unidos, un compromiso que espera que impulse a China y a otros grandes contaminadores a acelerar esfuerzos propios.
Biden está ofreciendo a los estadounidenses y al mundo una visión de un Estados Unidos próspero y de energía limpia, donde las fábricas producen baterías de última generación para la exportación, los trabajadores de línea vuelven a instalar una red eléctrica nacional eficiente y las cuadrillas tapan las plataformas de petróleo y gas abandonadas, y las minas de carbón.
Su compromiso de reducir las emisiones de combustibles fósiles de EE.UU. hasta un 52% para 2030 se producirá en el lanzamiento este jueves de una cumbre climática totalmente virtual para 40 líderes mundiales, lo que marca un regreso de EE.UU. a los esfuerzos climáticos globales después de cuatro años de retirada bajo el presidente Donald Trump.
Japón, un gran consumidor de carbón, anunció su propio nuevo objetivo de reducción de emisiones del 46% el jueves antes de la apertura de la cumbre, mientras Estados Unidos y sus aliados buscaban generar impulso.
El compromiso de la administración Biden requeriría, con mucho, el esfuerzo climático más ambicioso de Estados Unidos jamás realizado, casi duplicando las reducciones a las que la administración Obama se había comprometido en el histórico acuerdo climático de París de 2015.
La nueva urgencia se produce cuando los científicos argumenta que el cambio climático causado por las plantas de carbón, los motores de los automóviles y el uso de otros combustibles fósiles ya está empeorando las sequías, las inundaciones, los huracanes, los incendios forestales y otros desastres, y que los humanos se están quedando sin tiempo para evitar la mayoría de los extremos catastróficos de calentamiento global.
Pero los funcionarios de la administración de Biden, al anticipar el nuevo objetivo, revelaron aspiraciones y viñetas en lugar de planes específicos, líneas presupuestarias o propuestas legislativas para llegar allí.
Los funcionarios de la administración que informaron a los reporteros antes del anuncio de Biden no mencionaron directamente los movimientos políticamente complicados para alejar a Estados Unidos del petróleo, el gas natural y el carbón. Hicieron hincapié en el papel de la tecnología, incluida la captura de carbono y la energía del hidrógeno, que aún no se han desarrollado de forma asequible a escala.
Biden y la vicepresidenta Kamala Harris tenían previsto inaugurar la cumbre del Día de la Tierra desde el Salón Este de la Casa Blanca ante los líderes mundiales, incluidos los jefes de China, Rusia, India, los estados petroleros del Golfo, los aliados europeos y asiáticos y las naciones insulares y costeras que ya están luchando contra los efectos del cambio climático. También participará el Papa Francisco.
Biden planeó unirse a una segunda sesión de la cumbre transmitida en vivo más tarde en la mañana sobre la financiación de los esfuerzos de los países más pobres para rehacer y proteger sus economías contra el calentamiento global.