Este domingo se conoció el fallecimiento del arzobispo emérito sudafricano Desmond Tutu a sus 90 años de edad en Ciudad del Cabo.
Tutu obtuvo el premio Nobel de la Paz en1984 por su activismo contra el régimen de segregación racista del “apartheid”.
Su trayectoria ha estado marcada por una constante defensa de los derechos humanos, algo que le llevó a desmarcarse en numerosas ocasiones de la jerarquía eclesiástica para defender abiertamente posiciones como los derechos de los homosexuales o la eutanasia.
En los últimos años se había mantenido alejado de la vida pública debido a su avanzada edad y a los problemas de salud que arrastraba desde hacía años, incluido un cáncer de próstata.
Ante esta noticia, distintas personalidades internacionales se han pronunciado lamentando el hecho.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill, lo describieron como “un verdadero siervo de Dios y del pueblo”.
“Hace solo unos meses, nos unimos al mundo para celebrar su 90 cumpleaños y reflexionar sobre el poder de su mensaje de justicia, igualdad, verdad y reconciliación mientras enfrentamos el racismo y el extremismo en nuestro tiempo. Su legado trasciende fronteras y resonará a lo largo de los siglos”, manifestó la pareja presidencial en un comunicado distribuido por la Casa Blanca.
A su turno, el secretario general de la ONU, António Guterres, precisó que el fallecimiento del arzobispo deja un gran vacío en el escenario mundial.
“El arzobispo Tutu fue una figura de la mayor trascendencia a nivel mundial destacada por la paz y porque inspiró a generaciones en todo el mundo. Durante los días más oscuros del apartheid, fue un faro brillante para la justicia social, la libertad y la resistencia no violenta”, dijo.
También agregó que “aunque el fallecimiento del arzobispo Tutu deja un gran vacío en el escenario mundial y en nuestros corazones, estaremos siempre inspirados por su ejemplo para continuar la lucha por un mundo mejor para todos”.
Entretanto, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, definió a Tutu como “un icono global de la paz y la libertad”.
“En esta temporada de alegría y buena voluntad, en un momento en que muchas personas celebran con familiares y amigos, hemos perdido a uno de los más valientes y amados entre nosotros. El arzobispo emérito Desmond Tutu fue uno de los mejores patriotas de nuestra nación”.
A su vez, el papa Francisco envió un telegrama al nuncio apostólico en el país africano, Peter B. Wells, firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en el que expresa sus condolencias a la familia y seres queridos y “confía su alma a la misericordia amorosa de Dios, invocando las bendiciones divinas de la paz y el consuelo en el Señor Jesús sobre todos aquellos que lloran su fallecimiento en la esperanza segura y segura de la resurrección”.
El primer ministro británico, Boris Johnson, alabó su “liderazgo espiritual”.
“Será recordado por su liderazgo espiritual y su irreprimible buen humor”. También lo describió como “una figura capital en la lucha contra el ‘apartheid’ y en los esfuerzos por crear una nueva Suráfrica”.