Washington, 18 jul (EFE).- Las autoridades describieron hoy la matanza de Baton Rouge (Luisiana, EEUU), en la que murieron tres policías, como una vil emboscada planeada minuciosamente por el exsoldado negro Gavin Eugene Long con el firme objetivo de matar policías y atacar el cuartel de la policía local.
«Este fue un ataque diabólico y eso no es una exageración, no hay nada más importante que mantener la ley y el orden para que la gente tenga una buena vida y eso es lo que él atacó», resaltó hoy durante una rueda de prensa en Baton Rouge el gobernador de Luisiana, el demócrata John Bel Edwards.
«Él (Long) atacó a la estructura de nuestra sociedad … Es pura maldad», añadió Bel Edwards, cuyos hermanos y padre pertenecen a las fuerzas del orden y que derramó lágrimas durante la rueda de prensa.
En su comparecencia, el coronel de Luisiana Michael D. Edmonson mostró fotos de dos fusiles de asalto y la pistola con la que Long, de 29 años y originario de Kansas City (Misuri), disparó el domingo contra un grupo de agentes, matando a tres policías e hiriendo a otros tres, de los que uno se encuentra en estado crítico.
Los agentes respondieron a la llamada de alerta, registrada a las 08.40 de la mañana (14.40 GMT) y en la que unos vecinos alertaban de un individuo sospechoso armado con un gran fusil de asalto que caminaba por la carretera Airline, que pasa frente al cuartel policial de Baton Rouge.
«No hay duda de que estos agentes fueron atacados y asesinados intencionalmente», afirmó Edmonson.
El coronel de Luisiana aseguró que el individuo usó una «táctica estratégica» para matar a policías que consistió en pasear por la calle con una enorme arma de asalto, sin hacer ningún daño a los civiles, y en abrir fuego contra las fuerzas del orden en cuanto se acercaron al lugar.
No obstante, el plan de Long iba más allá y su objetivo final era atacar el cuartel de policía de Baton Rouge, según el jefe de la policía local Carl Dabadie.
Gavin Long, muerto en el tiroteo, se consideraba a sí mismo un gurú de la espiritualidad negra y expresó en varios vídeos publicados en Internet su deseo de declarar la «guerra» a los policías porque creía que la violencia era la única vía para escapar de la «opresión» de la raza blanca.
«Este es un tiempo para la paz, pero es un tiempo para la guerra, y en la mayoría de las ocasiones en las que se desea la paz, hay que ir a la guerra», subraya en un vídeo Long, que trató de cambiar su nombre a Cosmo Ausar Seteprenra cuando quiso formar parte de un grupo que quiere formar una nación negra en EEUU.
Por el momento, la policía no ha indicado si Long sentía afinidad por grupos de orgullo racial negro («black power»), aunque está evaluando las redes sociales y la web del agresor.
En la rueda de prensa y en todo el país, incluida en al convención republicana que se celebra en Cleverland (Ohio), los agentes de las fuerzas del orden muertos en el ataque de Baton Rouge fueron calificados de «héroes» por no haber huido del peligro sino haberse dirigido hacia él.
Especial homenaje rindieron las autoridades a Matthew Gerald, padre de dos hijos, de 41 años, exsoldado que prestó servicio en Irak y que «hizo un último sacrificio para defender la ciudad que tanto amaba», según dijo su esposa en un testimonio escrito que leyó durante la rueda de prensa Dabadie.
En ese momento, el jefe de la policía local defendió las «técnicas militares» usadas por las fuerzas del orden y que tanto han sido criticadas en los últimos meses porque, según aseguró, la policía se enfrenta a individuos que «no se rigen por las reglas» y que perpetran ataques como el de este domingo.
Otro de los agentes fallecidos es Montrell Jackson, de 32 años, que acababa de tener un hijo y que escribió un emotivo mensaje en Facebook tras la muerte de Alton Sterling, el ciudadano negro de 37 años al que dos policías blancos arrestaron y dispararon a quemarropa en Baton Rouge cuando lo tenían inmovilizado en el suelo.
«Estos son tiempos difíciles. Por favor, no dejen que el odio infecte su corazón. Esta ciudad debe mejorar y lo hará», escribió en Facebook Jackson, de raza negra.
El tercer agente fallecido es Brad Garafola, de 45 años y que trabajó durante 24 años para la Oficina del Sheriff del distrito este de Baton Rouge junto a su compañero Nicholas Tullier, el agente en estado crítico con heridas de bala en la cabeza y el estómago.
El suceso de Baton Rouge ha vuelto a estremecer a EEUU que ha vivido repetidos episodios de tensión racial en los últimos tiempos, especialmente tras la muerte en Ferguson (Misuri) en agosto de 2014 del joven negro Michael Brown a manos de un agente blanco que luego fue exonerado de todos los cargos.