Australia informó un ligero aumento en las infecciones por COVID-19, mientras que los funcionarios de varios estados endurecieron las restricciones de movimiento y presionaron por vacunas para limitar los brotes de la variante Delta altamente infecciosa.
Después de meses en los que casi había eliminado el virus, Australia está luchando contra la variante en cinco de sus ocho estados y territorios, solo dos semanas después de una infección en la ciudad clave de Sydney que involucró a un conductor de limusina de la tripulación de una aerolínea extranjera.
Las preocupaciones de que la variante detectada por primera vez en India pueda desencadenar brotes han obligado a cierres en tres grandes ciudades y restricciones de diferente rigor en varias más, afectando a más de 20 millones de australianos, o alrededor del 80% de la población.
El estado del norte de Queensland impuso un bloqueo de tres días en la capital, Brisbane, y las regiones vecinas desde el martes por la noche. La capital de Australia Occidental, Perth, comenzó un bloqueo de cuatro días desde el martes, uniéndose a Sydney y Darwin.
«El riesgo es real y debemos actuar con rapidez, debemos esforzarnos, debemos hacerlo rápido», explicó la premier de Queensland, Annastacia Palaszczuk. El estado informó dos nuevos casos locales.
Sydney, hogar de una quinta parte de la población de Australia, se encuentra en un bloqueo de dos semanas hasta el 9 de julio, mientras que una orden de quedarse en casa en la ciudad interior de Darwin se extendió por 72 horas hasta el viernes. El brote de Sydney ha aumentado a casi 150 casos.
Las máscaras obligatorias y los límites a las reuniones se encuentran entre los obstáculos en toda Australia.
La policía del estado más poblado de Nueva Gales del Sur multó al viceprimer ministro Barnaby Joyce con 200 dólares australianos (150 dólares) por no usar una máscara dentro de una gasolinera, confirmaron los medios.
Joyce, el funcionario gubernamental de más alto rango que enfrenta una multa de este tipo, confirmó el incidente en una entrevista con los medios y manifestó que se había desenmascarado para pagar la gasolina comprada para su socio.
Incluso bajo bloqueo, Nueva Gales del Sur informó de 19 nuevas infecciones adquiridas localmente, frente a las 18 de hace un día.
Australia Occidental no informó de nuevos casos, a pesar de estar bloqueada, mientras que el Territorio del Norte detectó dos.
Confusión de vacunas
La decisión del lunes de indemnizar a los médicos que administran la vacuna AstraZeneca a los menores de 60 años, un intento de poner en marcha un lento programa de inoculación, provocó quejas de los médicos que especificaron que el regulador médico aún recomendaba la vacuna para los mayores de 60 años.
Omar Khorshid, presidente de la Asociación Médica Australiana, sostuvo que el cambio lo tomó por sorpresa y causó «desacuerdo y confusión», al parecer contradecir el consejo formal.
Los expertos en salud pública de tres estados agregaron que no fueron consultados antes del anuncio.
Los cierres fronterizos, los encierros y el rastreo de contactos han ayudado a Australia a contener las infecciones, con poco más de 30.500 casos y 910 muertes, pero el gobierno federal ha enfrentado críticas por el ritmo de vacunación.
Menos del 5% de la población ha sido completamente inoculada.
La vecina Nueva Zelanda dijo que reanudará los viajes libres de cuarentena la próxima semana con los estados de Australia Meridional, Tasmania y Victoria y el Territorio de la Capital Australiana, ya que eliminó las restricciones en su capital, Wellington.
