Las autoridades chinas informaron hoy de la muerte de otras 21 personas a causa de las inundaciones que sufre la provincia occidental china de Qinghai, por lo que el número de fallecidos en todo el país por las lluvias torrenciales y crecidas desde el día 16 supera ya los 150, con decenas de desaparecidos.
Los muertos en Qinghai eran trabajadores que llevaban a cabo obras de reparación y fueron sorprendidos por las crecidas en la prefectura autónoma de Haixi, habitada por las etnias mongol y tibetana, donde los servicios de rescate continúan la búsqueda de tres personas desaparecidas.
A ellos se añaden los 85 muertos y 102 desaparecidos en el noreste de China, donde los desbordamientos de los ríos Amur, Ussuri y Songhua (cercanos a Rusia) han causado las peores inundaciones en la región desde 1995.
Qinghai y el noreste chino no sufren inundaciones todos los años, pero éstas sí son estacionales en el sur del país, donde al menos 49 personas han muerto por las lluvias torrenciales causadas por el paso del tifón «Utor» en Canton, Guangxi y Hunan.
Los desastres naturales han motivado que tanto el presidente chino, Xi Jinping, como el primer ministro, Li Keqiang, hayan pedido públicamente que no se escatimen esfuerzos para atender a los afectados (que superan ya los 3,4 millones) y frenar nuevas crecidas, labores a las que han sido destinados miles de soldados.
Más de 500.000 personas han sido evacuadas en algunas de las regiones anegadas, y la televisión nacional ha ofrecido esta semana imágenes de pueblos enteros hundidos en las aguas y vecinos remando con botes en plena calle.
Los meteorólogos advierten de un posible empeoramiento de la situación, al menos en la región meridional, ya que la costa suroriental de China espera la llegada de un nuevo tifón después del «Utor», causante del presente desastre en la mitad sur.
Pekín, 21 ago (EFE).-