El coronavirus superó este miércoles las 400.000 muertes en América, epicentro mundial de la pandemia, lo que no ha impedido que se reanuden las protestas sociales en la región, como la exigencia de elecciones en Bolivia, por el conflicto mapuche en Chile o contra el Gobierno en Paraguay.
En una muestra de que este continente está aún lejos de vencer a la COVID-19, en las últimas horas se llegó a por lo menos 401.567 fallecidos, según datos de la universidad estadounidense Johns Hopkins, en un conteo encabezado por Estados Unidos (165.883), Brasil (104.201) y México (53.929) y en el que otras 6 naciones superan los 5.000 decesos y 5 más, los 1.000.
Además, 5 países de la región son los más afectados en cuanto a contagios, nuevamente con EE.UU (5,18 millones) y Brasil (3,16 millones) en los dos primeros lugares con México (492.522), Perú (489.680), Colombia (410.453) y Chile (378.168), ubicados del sexto al noveno lugar, respectivamente.
Algo que no respeta condición social, económica o etnias, como demuestra que la cifra de positivos entre los indígenas en la Amazonía ecuatoriana ascendió a 2.113 casos, mientras que los decesos son 33.
Por su parte, la tasa de letalidad en los adultos mayores llegó a un 12,1 % en Costa Rica, que hoy superó los 25.000 casos en total, por lo que las autoridades hicieron un llamado para reforzar el cuidado de un grupo que representa el 66,3 % de los 263 fallecimientos en el país.
Bolivia se queda sin oxígeno
Una delicada situación que, sin embargo, no ha impedido que poco a poco se retomen las movilizaciones sociales que suelen marcar a este convulso continente.
Por un lado, tras 10 días de bloqueos de caminos y protestas para exigir que las elecciones sean el 6 de septiembre y no el 18 de octubre como determinó el organismo electoral, para unos comicios ya aplazados desde el pasado 3 de mayo, Bolivia sigue sin un acuerdo a la vista, en medio de escasez de alimentos básicos y con la provisión de oxígeno medicinal para hospitales afectada.
«Los contactos siguen» y «aún no hay diálogo», dijo el presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), Ricardo Centellas, en un mensaje en el que se ha referido a las gestiones de mediación que desarrollan la Unión Europea y la ONU, junto con la Iglesia católica.
Justamente el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió garantizar el paso de ambulancias y materiales médicos con seguridad, según dijo este miércoles su portavoz, Stéphane Dujarric.
A facor de mapuches, contra gobierno paraguayo
Las medidas impuestas por el coronavirus tampoco han detenido la histórica lucha del pueblo mapuche, con episodios como el de hace pocos días del desalojo de un edificio municipal en Tirúa (sur de Chile) en apoyo a los presos indígenas en huelga de hambre que dejó al menos tres detenidos y profundizó la tensión en la zona.
El lunes, Francisca Dávalos, hija de la expresidenta chilena y actual alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, fue una de las detenidas en Santiago por participar en una manifestación en una zona en cuarentena a favor de la causa mapuche, comunidad que representa un 10 % de la población y que son discriminados según el 76 % de los chilenos, de acuerdo con un nuevo sondeo.
A este se sumó que el martes el machi (chamán) Celestino Córdova, encarcelado por homicidio, dijo estar dispuesto a morir por su pueblo, cuando se cumplen 100 días desde que inició una huelga de hambre para poder participar de un ritual con su comunidad, demanda que avivó en el sur de Chile el llamado «conflicto mapuche» con incendios, disparos y ocupaciones.
Y en Paraguay, sindicatos y organizaciones sociales convocaron para el viernes a una manifestación contra la política económica y la gestión de la pandemia por parte de Mario Abdo Benítez, quien cumple dos años en la Presidencia, pese a que este país es uno de los de Latinoamérica con menos casos (7.519) y muertes (86) por COVID.
Pero aparte de los subsidios sociales para enfrentar la pandemia, a los que calificaron de «política del hambre», los representantes sindicales aseguraron hoy que protestarán contra los hechos de corrupción que salpican al Gobierno y el plan oficial de reactivación económica.
Sigue sube y baja de medidas
En medio de la renovada convulsión que se vive, el avance de la COVID-19 se sigue dando de forma dispar en América y, de igual forma, las medidas para enfrentar la enfermedad van avanzando o retrocediendo según las necesidades.
Los peruanos tendrán que permanecer nuevamente confinados en sus casas los domingos, además de olvidarse de organizar reuniones con familiares o amigos, debido a un rebrote de la enfermedad que ha disparado los contagios a más de 489.000, con más de 6.000 positivos diarios, según comunicó en un pronunciamiento televisado el presidente Martín Vizcarra.
Al contrario, el ministro de Salud de Chile, Enrique Paris, anunció este miércoles el desconfinamiento a partir del próximo lunes del centro de Santiago de Chile, que lleva confinado más de cuatro meses y medio, uno de los encierros más largos a nivel internacional, aunque otras zonas del país volverán a ser confinadas, como sucederá a partir de este viernes con la localidad de la zona central San Vicente de Taguatagua, tras el aumento de casos.
En México, la crisis económica generada por el coronavirus será más grande de lo previsto, tras la pérdida de casi 1,2 millones de empleos formales, tal como reveló esta jornada el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pese a lo cual el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en la mañana que «ya vamos de salida», pero los expertos advierten de una crisis más profunda de lo aparente y piden nuevas medidas.
Positivos, negativos y muertes
En más recordatorios de que nadie está a salvo, Joao Doria, gobernador de Sao Paulo, la región de Brasil más castigada con casi 640.000 casos y 25.600 muerteS, anunció que dio positivo por coronavirus, enfermedad que provocó hoy mismo la muerte de Maria Aparecida Firmo Ferreira, abuela de la primera dama de Brasil, Michelle Bolsonaro.
Con Doria, de 62 años, ya son 11 los mandatarios regionales que se han contagidado por COVID, además del propio presidente Jair Bolsonaro, quien se recuperó tras pasar 20 días confinado en julio.
Mejor suerte corre el expresidente argentino Carlos Menem (1989-1990), de 90 años, que dio negativo en la prueba por Covid-19, a la que fue sometido después de que su hija Zulema, quien suele visitarlo en su casa, resultara contagiada.