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Alberto Sánchez y la pasión por los autos y los seguros

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Alberto Sánchez y la pasión por los autos y los seguros
Alberto Sánchez y la pasión por los autos y los seguros

En London, el nombre de Alberto Sánchez resuena con fuerza en el mundo de los seguros. Sin embargo, hay otra faceta en su vida que pocos conocen: su pasión por los vehículos antiguos. Desde que era pequeño, Alberto siempre sintió una atracción especial por los autos, una afición que se ha convertido en parte integral de su vida y su identidad.

El Yeepao

Uno de los tesoros más preciados de Alberto es un Yeepao de 1954, que trajo consigo desde Colombia. «El Yeepao es un juego de palabras entre ‘Jeep’ y ‘pao’, que significa ‘cargado de algo’,» explica Alberto con una sonrisa nostálgica.

En las décadas de 1940 y 1950, este tipo de vehículo se utilizaba para sustituir a las mulas en el transporte de mercancías y café en las montañas colombianas. Su capacidad para enfrentar terrenos empinados y su robustez lo convirtieron en el compañero ideal para los agricultores y comerciantes del café de la época.

Un Volkswagen Escarabajo lleno de recuerdos

Otro de los vehículos que Alberto atesora es un Volkswagen Escarabajo modelo 1961. Este coche llegó a su vida en 1989 como un regalo de sus padres al terminar el colegio. Aunque originalmente fue destinado a él y a su hermana, Alberto fue quien lo utilizó principalmente. «Con ese carro fui a la universidad y el día que conocí a mi esposa, también lo manejaba,» recuerda.

Alberto y su esposa Angela, en el escarabajo, el carro en el que se enamoraron cuando eran estudiantes universitarios.
Alberto y su esposa Angela, en el escarabajo, el carro en el que se enamoraron cuando eran estudiantes universitarios.

Aquella noche en el Politécnico, sus amigos organizaron una cita para que él y su futura esposa se quedaran solos. El último bus hacia la ciudad había salido y ella necesitaba bajar. Alberto se ofreció a llevarla, aunque solo tenía la gasolina justa y no mucho dinero.

«Ese día, el carro se quedó sin gasolina y ella tuvo que poner el dinero,» cuenta entre risas. Ese mismo Volkswagen los acompañó el día de su boda y durante los primeros años de su matrimonio.

La búsqueda del escarabajo perdido

Años más tarde, Alberto intercambió su querido Escarabajo. Sin embargo, nunca olvidó la promesa que le hizo a su esposa de recuperarlo algún día. Un día, mientras conducía por una autopista Norte de Bogota, vio un VW rojo con la misma placa que tenía su antiguo coche. Decidido a encontrarlo, rastreó el vehículo hasta dar con un taller de autos. Ahí estaba, modificado pero reconocible.

Tras varias conversaciones y anécdotas compartidas con el nuevo dueño, Alberto logró convencerlo de venderle el coche. Emocionado, lo restauró para devolverle su apariencia original.

La Odisea de Bogotá a London

La aventura de traer sus vehículos a Canadá fue épica. El viaje comenzó en Bogotá, con inspecciones y aduanas, hasta llegar a Toronto después de 30 días. «Tuve la suerte de tener amigos que me ayudaron. Pasamos por revisiones de narcóticos en Cartagena y Halifax, y aunque gastamos mucho, valió la pena,» dice Alberto.

Ahora, en agosto, Alberto Sánchez está organizando un evento para celebrar sus 30 años en el sector de los seguros. Será una ocasión para reunir a amigos y colegas, y para compartir las historias que han marcado su vida. Entre ellas, las de sus queridos autos, que han sido testigos de su viaje personal y profesional.

Así, la vida de Alberto Sánchez no solo es un testimonio de éxito en los seguros, sino también una crónica de pasión y perseverancia, guiada por su amor por los autos antiguos.

 

 

 

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