El número de los presuntos miembros de una secta del sur de Kenia que ayunaron hasta morir para encontrarse con Jesucristo ha subido a 89, informó hoy el ministro keniano del Interior, Kithure Kindiki, una cifra que las autoridades temen que aumente mientras continúan las exhumaciones de cadáveres en un bosque.
«Los responsables (de las exhumaciones) me han informado de que hemos podido descubrir, por el momento, otros 16 cuerpos más, lo que eleva el total a 89», afirmó Kindiki, que viajó hoy hasta el lugar de los hechos, un bosque próximo a la localidad de Shakahola, en declaraciones recogidas por los medios locales.
«La investigación continuará y no sabemos cuántos cadáveres posiblemente descubriremos», añadió el ministro.
Al mismo tiempo, Kindiki señaló que las autoridades kenianas han conseguido rescatar con vida a 34 personas.
«Estamos siguiendo una serie de pistas y quiero asegurarles a los kenianos y al resto del mundo que haremos lo que sea necesario para llegar hasta el fondo de este asunto y establecer la verdad», indicó el titular keniano de Interior, quien cree que el caso puede dar puede a la formulación de cargos de «terrorismo y «genocidio» .
En la cifra de muertos están incluidos, además de los cuerpos que las autoridades kenianas están descubriendo en la zona boscosa cercana a Shakahola, al menos ocho personas que fallecieron en el hospital por su mal estado después de ser rescatadas.
El número de muertos es tan alto, que la morgue de la turística ciudad costera de Malindi, a unos setenta kilómetros, ya ha alcanzado su máxima capacidad y la Cruz Roja ha planeado poner a su disposición una morgue móvil, indicó el administrador del Hospital del Subcondado de Malindi, Said Ali.
Según un comunicado emitido por la Cruz Roja a última hora de ayer, lunes, residentes de la zona han denunciado la desaparición de al menos 210 personas.
El presidente de Kenia, William Ruto, condenó ayer, lunes, este suceso como un acto de «terrorismo» y aseguró que el país no tolerará «a las personas que predican sermones engañosos que causan muertes».
Así, Ruto señaló que el pastor de la iglesia que presuntamente convenció a decenas de kenianos a ayunar hasta morir, Paul Mackenzie Nthenge, de la conocida como Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas), «debe estar» en una cárcel.
El pasado 13 de abril y tras recibir una filtración, la Policía hizo una redada en el lugar donde los seguidores de Nthenge mantenían el ayuno y rescataron a quince personas, pero cuatro de ellas murieron de camino al hospital de Malindi.
Esa operación policial desencadenó las actuales excavaciones en busca de tumbas.
Actualmente, Nthenge, que antaño trabajaba como taxista, está bajo custodia policial desde el pasado día 14 y pendiente de una comparecencia judicial programada para el próximo 2 de mayo junto a otros trece sospechosos.
El pasado marzo, el controvertido pastor ya fue detenido después de ser acusado de estar tras la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero fue puesto en libertad bajo fianza.
El líder religioso fundó la Good News International Church en 2003, según la web de ese culto.
Se estableció con la «misión» de «nutrir a los fieles de manera integral en todos los asuntos de la espiritualidad cristiana mientras nos preparamos para la segunda venida de Jesucristo a través de la enseñanza y el evangelismo».