La gente acudió en masa a Woodbine Beach el domingo 25 de julio de 2021.A pesar de los avances logrados en Canadá contra el COVID-19, gracias a la vacunación masiva, es demasiado pronto para celebrar el fin de la pandemia; la cual está lejos de terminar, según las noticias del mundo.
Sí, se está haciendo bien en Ontario, con dos tercios de los adultos (66%) completamente vacunados. En general, la mitad de los canadienses (50,22%) recibieron sus dosis completas.
Es fácil olvidar lo que sucede en otros lugares. Hay muchos países donde las tasas de vacunación son muy bajas y, a medida que la variante delta, más contagiosa y peligrosa, continúa propagándose a nivel mundial, los números (y muertes) de COVID están aumentando nuevamente.
Canadá y otras naciones ricas están donando vacunas a países en desarrollo, pero no es un gesto altruista. Es autoconservación.
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Mientras las personas de otras partes del mundo permanezcan sin vacunar,COVID continuará propagándose, el virus mutará y surgirán nuevas variantes.
Incluso en los Estados Unidos, donde algunos medios de comunicación son acusados de difundir desinformación sobre vacunación, la marea ha cambiado.
No es de extrañar: con más de 610.000 muertes en los EE. UU., las cifras (y muertes) están aumentando nuevamente, particularmente en los estados donde las tasas de vacunación son bajas.
En la última semana, Healthline informa que las muertes aumentaron un 25% en Estados Unidos, «con prácticamente todos los casos graves que involucran a personas no vacunadas y más del 80% de los casos nuevos causados por la variante delta en aumento».
El Dr. William Schaffner, un experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Vanderbilt en Tennessee, lo expresa sin rodeos: «Las personas no vacunadas están impulsando la propagación de la variante delta».
Las personas que no están vacunadas son actualmente la mayor preocupación tanto para los epidemiólogos como para los economistas. Si los no vacunados detienen una recuperación general, descarrilarán la economía una vez más.
Si los políticos no tienen los cojones para hacer que los pasaportes de vacunas sean un requisito, las empresas individuales tendrán que hacer eso por ellos, y ya han comenzado.
La vacunación obligatoria para los trabajadores de la salud parecería una obviedad, dado que los trabajadores de la salud de primera línea están en una situación ideal para atrapar y transmitir COVID-19, pero eso aún no ha sucedido oficialmente en Ontario. En otros lugares, los hospitales y las clínicas ya están tomando el asunto en sus propias manos y ordenando la vacunación de sus trabajadores.
La Asociación de Enfermeras Registradas de Ontario (RNAO) está solicitando al premier Ford que haga realidad la vacunación obligatoria para los trabajadores de la salud.
En una carta a Ford, la jefa de la RNAO, Doris Grinspun, apoya la solicitud de mandato pidiendo que las vacunas sean accesibles, llevadas a los lugares de trabajo según sea necesario y facilitadas con dos días libres adicionales pagados.
Incluso la Asociación Médica de Ontario (OMA), una organización no conocida por su liderazgo, finalmente se unió a la RNAO para exigir la vacunación obligatoria para todos los trabajadores de la salud.
