Tegucigalpa, 24 ago (EFE).- La agricultura familiar y más voluntad política son fundamentales para la adaptación al cambio climático y resolver la crisis alimentaria en Centroamérica, alertaron expertos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
El economista ambiental del BCIE Ángel Murillo dijo a Efe que el cambio climático genera alteraciones importantes en el ciclo del agua y los suelos de Centroamérica, por lo que se requiere actuar de forma «urgente».
El impacto del cambio climático en la calidad del suelo y el agua «es toral (muy importante)» y podría aumentar la inseguridad alimentaria debido a que la tierra puede degradarse y perder parte de sus cualidades para producir los alimentos que se necesitan en la región, destacó el experto del BCIE.
«No podemos producir con recursos naturales degradados como el suelo, sin cobertura vegetal, sin agua, obviamente no habrá producción o van a ser erráticas o se van a perder», explicó.
De acuerdo con Murillo, ello subraya la necesidad de que los Gobiernos destinen inversiones al desarrollo rural, especialmente en en el suelo y el agua con fines de consumo humano, productivo y energético.
Los Gobiernos, añadió, deben implementar «medidas urgentes» para reducir los efectos del cambio climático y la crisis alimentaria en la región provocada por la prolonga sequía causada por el fenómeno natural de El Niño.
En caso contrario, habrá «más población afectada, más territorios degradados» y, en consecuencia, la pobreza y la inseguridad alimentaria «se acrecentarán» en Centroamérica, enfatizó el experto, quien participó el viernes en el taller «Energía y Seguridad Alimentaria: Sostenibilidad Ambiental», auspiciado por el BCIE en Tegucigalpa.
Resaltó que unos 7,3 millones de centroamericanos, equivalente al 16 % de la población regional, sufren subnutrición por una ingesta insuficiente de proteínas y de otros alimentos necesarios.
Ante ello, señaló que el principal «reto» de la región centroamericana, donde viven unos 46 millones de personas, cerca de la mitad pobre, «es producir sus propios alimentos» y para ello es fundamental la agricultura familiar y más voluntad política.
La región debe «hacer énfasis en la producción familiar, es decir que las familias sean las que produzcan sus propios alimentos y que los excedentes puedan ser comercializados en el mercado local», explicó el economista ambiental.
Al menos 10 millones de agricultores se dedican a la producción de maíz y fríjoles en la región, la principal dieta alimenticia de los centroamericanos, según el BCIE.
Murillo indicó que la solución para afrontar la crisis alimentaria también pasa «por la voluntad política» de los Gobiernos para «priorizar» sus inversiones públicas en el combate de la pobreza y el hambre.
«Cualquiera puede decir que sí hay voluntad política, pero realmente la voluntad se concreta con inversiones de mediano y largo plazo que realmente vengan a crear un impacto significativo», acotó.
El especialista del BCIE Mario Cerna dijo que la región puede mitigar el cambio climático a través del uso de las energías renovables y para ello el organismo regional analiza un fondo de 500 millones de dólares para proyectos verdes y eficiencia energética en la región en los próximos meses.
«Toda la región es muy rica en recursos energéticos», subrayó Cerna, quien dijo que solo el 7 % del potencial renovable ha sido explotado en Centroamérica.
El experto subrayó que el cambio climático «es una realidad» pero «sus efectos aún están por verse» en Centroamérica, donde se espera un aumento de las temperaturas en los próximos cien años y una reducción en las precipitaciones.
Centroamérica tiene una demanda de unos 8.000 megavatios, de los que el 65 % son generados por proyectos renovables, según cifras oficiales.
Anny Castro