Un acuerdo internacional con Irán sobre su programa nuclear está al alcance en las negociaciones que tienen lugar en Ginebra, pero las partes defienden sus llamadas «líneas rojas», es decir los aspectos sobre los cuales insisten en que no harán concesiones.
El lento avance de este proceso puede llevar a prolongar esta ronda negociadora.
«Nos quedaremos aquí tanto como sea necesario para alcanzar progresos», dijo esta noche el portavoz de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, quien dirige las negociaciones por parte del grupo de países conocido como G5+1 (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania).
Cuando el segundo día de negociaciones entre Irán y el G5+1 empezaba oficialmente en Ginebra, el intercambio de mensajes entre las partes en realidad ya había comenzado a través del ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, quien en una entrevista televisiva muy matutina dijo que un acuerdo con Irán sólo es posible «sobre la base de la firmeza».
La reacción de Irán fue señalar que la «pérdida de confianza» en sus interlocutores, por considerar que están desunidos, se estaba erigiendo como el mayor obstáculo para alcanzar progresos.
«Hemos entrado en estas negociaciones nucleares con la certeza de que ambas partes respetarán las líneas rojas de los demás», dijo el viceministro de Asuntos Exteriores de Irán y «número dos» del equipo negociador de su país, Seyed Abbas Araqchi.
Esto explica que al término de doce horas de negociaciones, el portavoz de Ashton, Michael Mann, haya eludido una respuesta directa a la pregunta de si durante esta jornada hubo algún progreso concreto.
Se refirió simplemente a conversaciones «sustanciales y detalladas», aunque sí confirmó que los negociadores siguen intentando acercarse en cuestiones de fondo y que todavía no se encuentran en la fase final de trasladar a un lenguaje diplomático eventuales acuerdos.
A lo largo del día, Irán dijo a través de sus más altos representantes en estas negociaciones que no cederá en su derecho de enriquecer uranio dentro de sus fronteras, lo que EEUU ha insistido por años que no tenía derecho a hacer.
Sin embargo, Washington ha rebajado considerablemente su presión en este aspecto y el propio secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ha declarado que es un tema que no estará en un eventual acuerdo preliminar de seis meses de duración, que es lo que se busca en las negociaciones de estos días.
Tal documento sería el preámbulo de un acuerdo definitivo para poner fin a las preocupaciones internacionales sobre el posible uso militar que Irán podría dar a su programa nuclear, tras haber alcanzado un nivel de enriquecimiento de uranio que lo pone muy cerca de la capacidad de fabricar la bomba nuclear.
Fue justamente la ausencia de una renuncia explícita al enriquecimiento de uranio por parte de Irán lo que provocó la protesta de Francia en la anterior ronda de negociaciones, según han apuntado distintas fuentes diplomáticas.
Washington considera que provisionalmente sería suficiente garantizar que Irán no avanzará en este proceso, disminuyendo el grado máximo de enriquecimiento posible y fijando procedimientos de control estrictos.
Otro aspecto en el que persistirían divergencias tendría que ver con la planta de agua pesada de Arak, en construcción y en la que se producirá plutonio, un materia que puede reemplazar al uranio en el ámbito de la energía nuclear.
Francia reclamaría que se detenga por completo la edificación de estas instalaciones, mientras que para EEUU resultaría suficiente, por el momento, que haya un compromiso que no será puesta a funcionar hasta que se alcance un acuerdo nuclear definitivo con Irán.
Ello podría lograrse en una segunda fase negociadora, a lo largo del próximo medio año.
Isabel Saco/Ginebra, 21 nov (EFE).-