El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, calificó hoy de «línea roja» el proyecto de construcción en la zona E-1 anunciado por Israel recientemente y que supondría impedir la continuidad entre Jerusalén Este y Cisjordania.
En un discurso ante el Consejo Asesor de Al Fatah celebrado hoy en Ramala, Abás dijo que el polémico plan «nunca sucederá», y que mantiene contactos «a todos los niveles para impedir que se lleve a cabo ese proyecto israelí encaminado a sabotear el proceso de paz».
De acuerdo con la agencia oficial de noticias de la ANP, «Wafa» Abás subrayó en su alocución que los asentamientos judíos, bajo cualquier forma, son ilegales e inaceptables y deben ser desmantelados a fin de alcanzar la paz y estabilidad en la región.
«El mundo entero rechaza los asentamientos y dice que son ilegales», añadió el dirigente palestino aludiendo a la reciente condena del Consejo de Seguridad de la ONU a los últimos anuncios de construcción hechos por el Ejecutivo israelí.
Tras el reconocimiento de Palestina como estado observador de la ONU, el pasado 29 de noviembre, Israel anunció planes para construir 3.000 nuevas unidades de vivienda en asentamientos judíos y hacer avanzar el polémico proyecto en la zona E-1, que conectaría el gran asentamiento de Maalé Adumim con Jerusalén y minaría la continuidad territorial del estado palestino.
«Las resoluciones internacionales dicen que los asentamientos son un obstáculo para la paz y por ello deben cesar completamente en todos los territorios palestinos, particularmente en Jerusalén ocupada, a fin de que se puedan reanudar serias negociaciones sobre todas las cuestiones relativas al estatuto final y lleguemos a una paz justa y global», manifestó Abás.
Por otra parte, el presidente de la ANP aseguró que el liderazgo palestino «está considerando todas las opciones si Israel persiste con sus actividades en los asentamientos, dictados, bloqueos y la confiscación del dinero de los palestinos».
Otra de las medidas punitivas adoptadas por el Gobierno israelí tras el reconocimiento de Palestina como observador de la ONU fue la retención del dinero que colecta en concepto de tasas aduaneras a la ANP, y que representa cerca de 100 millones de dólares mensuales, lo que ha perjudicado el ya de por sí maltrecho presupuesto palestino.
Por último, Abás exhortó a la comunidad internacional a que ejerza presión sobre Israel a fin de que libere el dinero confiscado y que de esta manera la ANP pueda cumplir con sus obligaciones hacia su pueblo, como el pago de los salarios a los funcionarios.