Por: Edgar Salas Ballesteros
Durante 32 días el Parque Nacional Tayrona, considerado por la prensa internacional como el segundo lugar natural más hermoso del planeta, estuvo cerrado al hombre, tiempo que fue aprovechado por los indígenas de la Sierra Nevada para hacer sus pagamentos y ritos, los funcionarios del Parque realizaron labores de limpieza y monitoreo de especies.
Hacía cerca de un año que a los senderos y playas del Parque Tayrona no se acercaban especies, muchas de ellas en vías de extinción, aún con sigilo a principio de febrero el caimán aguja y las babillas se acercaron a la orilla del mar, el bullicio de hombres, mujeres y niños de repente había desaparecido como por arte de magia, así mismo volvió a escucharse el sonido de distintas aves, pero sin duda una de las principales emociones ha sido el avistamiento del jaguar, el paujil, el mono maicero, venados, ñeques entre otros animales. ¡la terapia funcionó¡ Afirma con seguridad Julia Miranda Londoño, directora general de Parques Nacionales Naturales de Colombia.
“Lo que se logró con el cierre del parque es asegurar un óptimo estado de conservación y la posibilidad de generar confianza a las especies, rompiendo el estrés de meses, y esto sin duda entrega múltiples beneficios al ofrecer un descanso en materia ambiental cultural y paisajístico” sostiene la doctora Miranda.
El cierre del parque durante este tiempo no fue una cosa del azar, los últimos tres años se ha hecho la medida en una decisión conjunta con los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada, por ser el Parque un territorio ancestral.
El descanso de los caminos, la conservación de los bosques y el ecosistema también permite tener para el momento de la reapertura una mejor oferta natural para los visitantes y para los prestadores de servicios, pensando en la mini gran temporada de Semana Santa, le cuenta a El Espectador la directora del Parque.
Por su parte Jefferson Rojas Nieto, jefe del Parque Tayrona, aseguró que la temporada de silencio hizo posible que se observara el caimán aguja en el sector de La Gumarra, el jaguar y otras especies cuya presencia normalmente es inobservada en tiempo de actividad turística
“Este espacio de tiempo nos permitió el mantenimiento de las guarderías de corales en búsqueda de la restauración ecológica de los ecosistemas marinos y que se cumplieran las jornadas de control de especies invasoras (en este caso captura de pez león). Durante el cierre se ejecutaron labores de mantenimiento de las infraestructuras y los senderos, entre otros”. Aseguró el funcionario.
Otro aspecto a resaltar es el mejoramiento de las relaciones con las asociaciones del sector, los prestadores de servicios ecoturísticos, los pescadores y otros actores.
“Hemos avanzado en la regulación del transporte marino a través de la Dimar, la Estación de Guardacostas de Santa Marta, Parques Nacionales y prestadores de servicios que movilizan turistas hacia el área protegida, hemos crecido culturalmente en relación a un ecosistema pulmón de la humanidad”, anotó.
También indicó que durante el cierre se fortalecieron las labores de mantenimiento de infraestructura con la unión temporal Concesión Tayrona, la recolección de desechos arrojados en las playas por la deriva continental y otras acciones que redundarán en una mejor prestación de servicios a los visitantes.
Desde hoy regresa el bullicioso al Parque Tayrona miles de turistas y extranjeros comienzan a entrar, a las que son consideradas las segundas playas más hermosas del planeta.
@edgarjsalas
