La abarrotada terminal, un punto de partida para los cubanos que viajan por aire a Nicaragua y luego por tierra a Estados Unidos, es un barómetro del frenesí por migrar desde la nación insular gobernada por comunistas.
Para muchos, también se ha convertido en un último recurso a medida que la crisis económica de Cuba se profundiza sin que se vislumbre un final.
«Hay otras formas, pero se necesita dinero o un miembro de la familia fuera del país», declaró un migrante en la zona, en referencia a un programa de refugiados introducido por la administración del presidente estadounidense Joe Biden en enero que requiere un gobierno estadounidense.
Él y su esposa, que no puede caminar debido a una infección en la pierna, no tienen fondos de jubilación, ni parientes bien ubicados en países extranjeros y poco acceso a programas de entrada legal.
Estados Unidos, el principal destino de los inmigrantes cubanos, ha aumentado desde 2022 las vías legales de migración para los cubanos, incluido el acceso a visas en La Habana, en un esfuerzo por reducir la migración ilegal.
Pero más de una docena de entrevistas con posibles inmigrantes esta semana en las embajadas de La Habana, notarios municipales y el aeropuerto sugieren que muchos carecen de los medios para solicitar los programas de visas disponibles en la isla para los cubanos o han perdido la paciencia esperando su llegada.
A pesar del largo viaje, Nicaragua desde 2021 no exige visa a los inmigrantes cubanos y, por lo tanto, sigue siendo la ruta más fácil para llegar a Estados Unidos.
Si bien Key West en Florida se encuentra a poco más de 90 millas de Cuba por agua, la ruta se considera riesgosa y, a diferencia de viajar a través de México, no ofrece vías legales de entrada.
El mes pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba dijo que había detectado un «crecimiento notable» en el movimiento de sus migrantes a través de rutas irregulares hacia el norte a través de Centroamérica en los últimos meses, aunque no publicó estadísticas.
Alrededor de 10.700 cubanos fueron encontrados en la frontera entre Estados Unidos y México en septiembre, frente a alrededor de 6.200 el mes anterior, según estadísticas del gobierno estadounidense. Sin embargo, los niveles de llegadas fronterizas siguen siendo más bajos que hace un año, cuando existían menos vías legales para presentar solicitudes desde el extranjero.
