El primer juicio dentro de la investigación de cinco años en Suiza sobre corrupción en el fútbol terminó el martes sin una sentencia, doblegado por la pandemia de coranavirus y la prescripción del delito.
La decisión del Tribunal Federal de Suiza era inevitable. El juicio contra cuatro dirigentes vinculados a la Copa del Mundo del 2006 inició el 9 de marzo pero fue suspendido debido a las restricciones que afrontó el tribunal durante el brote de coronavirus.
La suspensión fue extendida la semana pasada, forzando que los fiscales tuvieron hasta el 27 de abril para decidir el caso.
El proceso penal, que incluyó al exfutbolista alemán Franz Beckenbauer, fue anunciado hace más de tres años y medio, pero llegó al tirbunal demasiado tarde. El tribunal indicó en un comunicado que el cierre del caso obedeció a las circunstancias y no a “errores procesales”.
Dos integrantes alemanes del comité organizador del Mundial de 2006, Theo Zwanziger y Horst Schmidt, además del exsecretario general de la FIFA Ursi Linsi fueron acusados de fraude.
Un tercer dirigente alemán, Wolfgang Niershback, fue acusado de ser cómplice de fraude en un presunto intento colectivo de engañar la supervisión en Alemania de la información financiera del Mundial 2006.
Beckenbauer no fue imputado debido a su salud, pero fue incluido como testigo por medio de un video en un tribunal suizo cerca de la frontera con el norte de Italia, que ha sido muy golpeado por el coronavirus.
El caso involucraba un pago de 6,7 millones de euros (7,6 millones de dólares) que Beckenbauer realizó hace 15 años vía una cuenta de la FIFA al influyente dirigente del fútbol catarí Mohammed bin Hamman.
La fiscalía reconoció al presentar las acusaciones en agosto pasado que el verdadero propósito del dinero era incierto.