El bullicio de Roma se redujo a un susurro, y los patrullajes de la policía mantenían a la gente separada en los cafés. Así era el ambiente mientras Italia implementaba el martes un extraordinario y amplio aislamiento con la esperanza de no ser el próximo epicentro de la epidemia de coronavirus ahora que la vida en China regresa lentamente a la normalidad.
Las infecciones en Italia alcanzaron los 10.149 casos más que cualquier otro lugar excepto China, y el número de muertes por el virus subió en un día de 463 a 631, informaron autoridades de Protección Civil de Italia.
Las restricciones de viaje y sociales que se extendían por toda Italia ilustran cómo el virus y las alteraciones que provoca se mueven hacia el occidente desde China, en donde comenzó el brote.
Equipos de policías patrullaban cafés para asegurarse de que los propietarios mantuvieran a sus clientes a 1 metro (3 pies) de distancia entre ellos durante el día y luego vigilaran el cumplimiento de la estricta orden de cerrar a las 6 de la tarde.
“Es malo. La gente está aterrorizada”, dijo Massimo Leonardo, quien atiende un puesto de mercado. “Nunca he visto algo así”.
En muchas personas, el nuevo coronavirus sólo provoca síntomas de leves a moderados, como fiebre y tos. En algunos casos, en particular adultos mayores y personas con problemas de salud ya existentes, puede causar enfermedades más graves, como neumonía. Más de 116.000 personas se han infectado a nivel mundial y más de 4.000 han muerto.
Al motivar a muchos de los 62 millones de habitantes de Italia a quedarse en casa y afectar todavía más la ya golpeada industria turística del país, el aislamiento podría aumentar la probabilidad de una recesión en la península, otro golpe a los vacilantes mercados globales.
La economía de Italia, la tercera más grande de los 19 países que utilizan el euro, es particularmente dependiente de sectores que requieren presencia física y proximidad de trabajadores: turismo, manufactura y ventas minoristas.La oficina del primer ministro dijo que los italianos no deberían salir de casa a menos que fuera para trabajar, recibir atención médica o cubrir “necesidades”, como ir al supermercado.
También dijo que tiendas, cafés y restaurantes deberían cerrar a las 6 de la tarde, una restricción radical en un país que valora su cultura gastronómica, de lujos y cafés. Giorgio Armani anunció que cerraría su hotel, restaurante y tiendas en Milán por el nuevo virus como “medidas preventivas adoptadas hasta ahora para salvaguardar la salud de los empleados y clientes”.
“Haré lo que me indiquen”, dijo el florista de Roma, Stefano Fulvi. “Si debo cerrar, lo haré”.
Italia enfrentaba una situación de aislamiento cada vez mayor mientras otras naciones intentaban contener los contagios.
Malta y España anunciaron que prohibirían la llegada de vuelos procedentes de Italia. British Airways y Air Canadá suspendieron todos sus vuelos relacionados con Italia. Austria prohibió que viajantes cruzaran la frontera sin certificado médico, Eslovenia cerró su frontera con Italia y Albania prohibió tráfico aéreo y de transbordadores a Italia. Gran Bretaña, Irlanda, Hong Kong y Alemania exhortaron a sus ciudadanos a salir de Italia. Incluso el Vaticano erigió una nueva barrera en la orilla de la plaza de San Pedro.
“Quienes estén en el norte de Italia salgan de ahí”, dijo Erik Brogger Rasmussen, jefe de servicios consulares del ministerio del exterior de Dinamarca.
En tanto, en China, el presidente Xi Jinping visitó el martes la ciudad de Wuhan, el epicentro del brote, y declaró: “Definitivamente derrotaremos a esta epidemia”.
La visita es la señal más reciente de que China está retornando a la normalidad tras la adopción durante semanas de medidas extremas de cuarentena. El martes, China reportó sólo 19 infecciones nuevas, comparadas con el mes pasado cuando surgían miles por día.
“Las cosas regresan a la normalidad lentamente”, dijo Yang Tianxiao, empleado financiero en Beijing, donde el gobierno local ha comenzado a levantar las restricciones lentamente.
Pero en otras partes del planeta, la alteración de las actividades cotidianas se convertía cada vez más en la nueva normalidad. Más de 100 países —poco más de la mitad de las que integran las Naciones Unidas— ya tienen casos confirmados. Panamá y Mongolia, fronteriza con China, se han sumado a la lista de países con contagios. Congo y Burkina Faso también confirmaron sus primeros casos para un total de 105 en 11 países de África.
El gobierno de Francia recomendó a los electores que traigan sus propias plumas para marcar las papeletas durante las elecciones locales del domingo a fin de que no sean de uso compartido. Marruecos informó de la primera muerte en el país, el segundo fallecimiento confirmado en África. Naciones Unidas anunció el cierre al público general del complejo de su sede en Nueva York y suspendió temporalmente los recorridos guiados.
En España y Francia, los principales astros del fútbol se preparaban para disputar partidos en estadios vacíos. Las empresas de entretenimiento han paralizado sus estrenos porque están prohibidas las congregaciones. Sony Pictures postergó para agosto el estreno de “Peter Rabbit 2”. Albania dispuso que sus habitantes permanezcan en casa tras prohibir las concentraciones de personas y cerrar escuelas, centros de entretenimiento, gimnasio y piscinas públicas.
El virus no conoce esferas de poder. En Estados Unidos, varios políticos de alto rango se pusieron en cuarentenas ellos mismos y en España se detectó el virus a un importante miembro de un partido de extrema derecha. Al menos dos altos comandantes militares europeos también dieron positivo del virus después de asistir a una conferencia en una base militar estadounidense en Alemania, y el comandante del Ejército estadounidense en Europa adoptó una cuarentena porque estuvo expuesto.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció que New Rochelle, suburbio de la ciudad de Nueva York que al parecer tenía la mayor cifra de coronavirus en Estados Unidos, será considerado “centro de contención” y se cerrarán durante dos semanas los templos y lugares de grandes congregaciones.
Los efectivos de la Guardia Nacional ayudarán a limpiar superficies y entregar alimentos en la zona, dentro de un radio de 1,6 kilómetros (una milla) alrededor de un punto próximo a una sinagoga, señaló Cuomo.
A nivel internacional, el número de estudiantes que toman clases en línea a medida va en aumento junto con el cierre de escuelas. El brote ha interrumpido las clases normales de casi 363 millones de alumnos a nivel mundial, después de que 15 países ordenaran la cancelación de clases a nivel nacional y 14 a nivel focalizado en Asia, Europa, Medio Oriente y América del Norte, dijo la agencia de la ONU para la educación.