Estados Unidos conocerá este martes un esperado proyecto de reforma migratoria diseñado por un grupo de senadores demócratas y republicanos y que ha sido calificado por los medios estadounidenses como el más ambicioso «en una generación».
A mediados de la semana pasada, el llamado «Grupo de los ocho», formado por cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos, anunció que, tras varios meses de trabajos, las discusiones principales habían concluido y el plan podía ser presentado.
Algunos aspectos de la propuesta ya han sido filtrados a la prensa como, por ejemplo, la intención de ofrecer un camino a la ciudadanía o regularización a aquellos inmigrantes que llegaron al país antes del 31 de diciembre de 2011.
«Estoy ilusionada. De inicio, se dijo que se barajaban posibilidades que aún iban a dejar a más gente fuera de la legalización, por lo que estoy contenta de que se descartaran esos métodos», dijo a Efe Zuleyma Barajas, una inmigrante mexicana residente en el Valle de San Fernando, California.
Aunque la presumible propuesta del «Grupo de los ocho» ampararía tanto a Zuleyma y a su hermana como a sus padres, Barajas lamentó que esta no sea universal: «Deseaba algo que cubriera a los once millones de indocumentados, pero poner una fecha límite dejará a muchas personas fuera», matizó.
Este fin de semana, uno de los integrantes del grupo de negociadores, el senador republicano por Florida Marco Rubio, rechazó que el proyecto bipartidista sea una amnistía para los indocumentados.
En una ronda de entrevistas en los programas políticos dominicales de las principales cadenas de televisión señaló que «amnistía es el perdón de algo» y aseguró que «habrá consecuencias para quienes hayan violado la ley».
«Creo que es importante entender que (este proyecto) no regala nada, permite a las personas el acceso al sistema de inmigración legal», señaló en el programa de ABC «This week».
Los planteamientos de Rubio chocan con posiciones como la de la coalición de grupos de inmigrantes FIRM, cuya portavoz Kica Matos explicó a Efe que lo que se espera mañana es un proyecto de ley migratorio que contenga un camino a la ciudadanía «sin trabas» para los 11 millones de inmigrantes indocumentados de EE.UU.
«El resultado de las elecciones de noviembre dejó claro que ya es la hora para una reforma migratoria integral y las familias inmigrantes, los latinos, y la comunidad estadounidense en general estamos listos. No aceptaremos nada que no sea un triunfo», resaltó la activista.
Otro de los aspectos del proyecto que ha trascendido es la fijación de un tiempo de espera de diez años para tramitar la residencia permanente para los que se encuentren en situación irregular y de otros tres para solicitar la ciudadanía estadounidense.
«Debe ser una celebración de por sí el hecho de que tengamos una propuesta, puesto que no hemos visto una en mucho tiempo», indicó a Efe Víctor Galván, un mexicano sin papeles residente en Colorado, quien pese a ello consideró que esperar trece años para ser ciudadano es «demasiado tiempo».
«Aunque es bueno tener un plan concreto y nos da esperanza, esperar trece años es demasiado tiempo. Nuestra comunidad ya ha esperado por mucho tiempo, debería ser más rápido», lamentó Galván, quien lleva 22 años viviendo en EE.UU.
Washington, 15 abr (EFE).