Los candidatos presentados por México y Brasil para ocupar a partir de septiembre la dirección general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) han pasado la primera ronda de selección, informaron hoy a Efe fuentes diplomáticas.
El mexicano Herminio Blanco y el brasileño Roberto Azevedo pasaron la primera criba, junto a los candidatos de Nueva Zelanda, Corea del Sur e Indonesia, mientras que los candidatos de Costa Rica, Jordania, Ghana y Kenia quedaron fuera, según las fuentes.
La primera selección fue el fruto de una primera ronda de consultas entre los países de la OMC, que harán un nuevo proceso de selección para designar dos finalistas, entre los cuales saldrá el sucesor del francés Pascal Lamy, que deja el cargo el 31 de agosto.
El resultado fue comunicado hoy a representantes de los nueve países por la «troika» de embajadores encargada de dirigir el proceso de consulta para determinar los cuatro aspirantes que gozaban del menor número de apoyos.
La sorpresa en el primer corte fue la exclusión de los dos candidatos africanos a la vez, el ghanés Alan John Kwadwo Kyerematen, y la keniana Amina Mohamed, ya que se preveía que al menos un representante de este continente siguiera adelante.
La salida de la ministra costarricense de Comercio, Anabel González, una persona con una larga y amplia carrera en el comercio internacional, y representante de un país en desarrollo de pequeño tamaño que ha hecho del libre comercio la clave de su éxito económico ha causado extrañeza.
La primera lista excluye también al jordano Ahmad Thougan Hindawi.
Nueva Zelanda es el único país desarrollado que mantiene un candidato, el ministro de Comercio, Tim Groser, buen conocedor de la OMC porque entre 1990 y 1994 fue el jefe negociador de Wellington durante la ronda de Uruguay y posteriormente fue embajador ante este organismo entre 2002 y 2005, periodo en el que presidió las negociaciones sobre agricultura.
Siguen adelante también dos asiáticos: el ministro surcoreano de Exteriores y Comercio, Taheo Bark, actualmente involucrado en el desarrollo de acuerdos de libre comercio con Australia, Canadá, Japón, México y Nueva Zelanda, y la ministra indonesia de Turismo y Economía Creativa, Mari Elka Pangestu.
Estos serán los tres rivales de Blanco y Azevedo en la «semifinal», en una segunda ronda en la que los países volverán a activar su maquinaria diplomática para ganar apoyos y pasar a una última ronda en la que previsiblemente solo quedarán dos candidatos.
En los tres meses y medio que han transcurrido desde la presentación de las candidaturas, los latinoamericanos no se han mostrado como un bloque sólido y han evitado, sobre todo Brasil, la posibilidad de un acuerdo para respaldar al que quede.
El único que claramente ha defendido la opción de apoyar a un latinoamericano si es eliminado en alguna de las rondas previas ha sido el mexicano Blanco, mientras que el brasileño Azevedo declaró que se plantearían la opción entre un latinoamericano y un africano.
Tanto Blanco como Azevedo han figurado desde el principio en las quinielas de los favoritos.
Blanco fue el principal negociador de México del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) en la década de 1990 y actualmente trabaja en el sector privado.
Previamente, fue secretario de Comercio y Desarrollo Industrial (1994-2000), subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales (1993-1994), subsecretario de Comercio Internacional (1988-1990), asesor de la presidencia de la República (1985-1988) y asesor del Secretario de Hacienda (1978-1980).
Tiene amplia experiencia en comercio internacional por su papel como negociador jefe del TLCAN entre 1990 y 1993, y ha participado en las negociaciones de los tratados de libre comercio (TLC) de México con la UE, 10 países latinoamericanos, Japón e Israel.
Azevedo es embajador de carrera en el Ministerio de Relaciones Exteriores y representa a Brasil ante la OMC desde 2008.
La decisión final deberá tomarse antes del 31 de mayo para facilitar tres meses de transición entre la salida de Lamy, que ha ocupado ocho años la dirección general, y la llegada del nuevo director general, que afronta una tarea muy complicada.
La OMC afronta un momento crítico por la incapacidad para desbloquear la ronda de Doha, la propuesta de liberalización del sistema multilateral de comercio estancada desde hace un lustro.
Países ricos, países en desarrollo y países pobres tienen distintas visiones de cómo y a qué velocidad se debe relanzar esa apertura comercial, y la crisis económica global desatada en 2008 no ha hecho más que profundizar las diferencias de criterio.