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Evo Morales cayó por fraude electoral, no hubo golpe de estado en Bolivia

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Por: Álex Terrazas

‘No hubo golpe de estado en Bolivia’. Lo afirmo como periodista y ciudadano boliviano. La caída del régimen de Evo Morales obedece sencillamente a una rebelión de la sociedad civil organizada que hizo una vigilia pacífica durante 19 días en las calles de Bolivia, exigiendo la renuncia del Jefe de Estado por un presunto fraude electoral en las elecciones del 20 de octubre.

La protesta, llamada ‘paro’ en Bolivia, estuvo encabezada por los comités cívicos de los 9 departamentos del país, lejos de las estructuras partidistas y de las cúpulas militares y policiales. Si bien es cierto en los últimos días del conflicto, los efectivos de la Policía Nacional Boliviana se amotinaron y las Fuerzas Armadas le sugirieron al entonces presidente Morales su renuncia pero ninguna de esas acciones fueron concluyentes para una eventual ‘tomar del poder’.

Álex Terrazas, periodista boliviano radicado en Canada

Es por eso que insisto, que no se trató de un golpe de Estado ‘cívico-militar’ como lo dijo el propio Evo Morales en el momento de su renuncia televisiva, pues esa afirmación no corresponde a la realidad de los hechos. Además, ‘golpe de Estado’ según la definición es la es la toma del poder político de un modo repentino por parte de un grupo de poder, vulnerando las normas legales de sucesión en el poder vigente con anterioridad. Esto no ocurrió en Bolivia. Lo único que hicieron los cívicos bolivianos fue entrar de manera pacífica al Palacio de Gobierno con una carta de renuncia y una biblia, e inmediatamente Evo Morales renunció a su cargo, junto a su vicepresidente, Álvaro García Linera y la mayoría de sus colaboradores.

Lo que pasó el 10 de noviembre con la caída de Evo Morales tras casi 14 años en el poder, es una consecuencia de una serie de hechos irregulares que ni el propio Gobierno pudo sostener hasta el final: vulnerar la Constitución Política del Estado en 2013 para repostularse a un tercer mandato de forma consecutiva; no respetar el voto popular del Referéndum del 21 de febrero del 2015 que le dijo No a una cuarta re-elección.

Y, finalmente, lo más vergonzoso, haber generado un fraude electoral (según lo confirmó la Organización de Estados Americanos). Entonces, lo que pasó en Bolivia no fue un golpe de Estado, sino una rebelión popular que no solo debe sentar un precedente en América Latina, sino en todo el mundo. Porque, como dice nuestra propia Constitución Política del Estado: ‘la soberanía del país radica en la voluntad del pueblo boliviano’.

Álex Terrazas, periodista boliviano radicado en Canadá  (*) 

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