El gobierno de Bolivia solicitó este martes a la Organización de Estados Americanos (OEA) realizar una auditoría del conteo definitivo, después de que los resultados preliminares de la elección del domingo originaron reclamos tras mostrar una victoria en primera ronda del mandatario Evo Morales.
El observador de la Organización de Estados Americanos (OEA) había expresado su preocupación después de que el primer conteo de votos de la junta electoral se detuvo abruptamente el domingo, cuando Morales se dirigió a una segunda vuelta con su principal rival, Carlos Mesa. Cuando el conteo rápido fue suspendido, el TREP había contabilizado el 84% de los sufragios válidos y daba un 45,28% al presidente, más del 38,16% de su adversario.
Cuando el conteo se reanudó tras una inexplicable paralización de 20 horas en medio de una protesta, Morales había obtenido suficiente ventaja para ganar directamente en la primera ronda, un cambio que según la OEA «modificó drásticamente el destino de las elecciones» y perjudicó la confianza en el proceso.
El ministro de Relaciones Exteriores, Diego Pary, dijo que el Gobierno aceptaría el resultado final de los comicios y que invitaría a la OEA -un observador oficial- en Estados Unidos, entre otros países, un «acompañar» el contenido definitivo que está actualmente en proceso y muestra una ventaja de Morales, pero que pueden enfrentar un balotaje.
El conteo de votos, con más del 95% de las boletas escrutadas, muestra a Morales con un 46,2% y Mesa con el 37,2%. El ganador necesita más del 50% o 40% más una ventaja de 10 puntos porcentuales para evitar una segunda vuelta el 15 de diciembre.
«Cualquiera que sea el resultado, nosotros, como gobierno, lo vamos a aceptar», dijo Pary en una conferencia de prensa. «La transparencia es importante».
Los comentarios marcaron un tono mucho más suave que el discurso de Morales después de las elecciones del domingo, cuando dijo que estaba seguro de que los votos pendientes de las zonas rurales le darían una victoria absoluta, pese a que el conteo rápido mostraba que una segunda vuelta era probable.
Mesa, que celebró el domingo una victoria en primera vuelta, dijo un día después que no reconocía los resultados actualizados que mostraban a Morales ganando directamente.
No estaba claro si la oferta de una auditoría sería suficiente para detener las protestas que continuaron por segundo día en La Paz, después de una noche de disturbios y escaramuzas entre los votantes y la policía.
Antes del anuncio, un miembro de la campaña de Mesa, Cecilia Requena, dijo a Reuters que la oposición quería una auditoría por parte de la OEA.
La OEA, compuesta por estados del hemisferio occidental, convocó una reunión especial para el miércoles para discutir el asunto.
Renuncia en el tribunal electoral
El vicepresidente de junta electoral de Bolivia, Antonio Costas, presentó el martes su renuncia al gobierno del presidente Evo Morales, debido a «tonta» decisión del resto del panel de seis miembros de interrumpir la publicación de los resultados preliminares de las elecciones presidenciales del domingo.
En una carta dirigida al vicepresidente Álvaro García, fechada el martes, Costas dijo que la decisión había desacreditado «todo el proceso electoral, causando una convulsión social innecesaria».
La renuncia obedece a «la desatinada decisión de la Sala del tribunal Supremo Electoral de suspender la publicación de los resultados», dijo en su carta de dimisión.
«Bolivia está primero», agregó Costas, antes de firmar la carta.
Un colectivo de organizaciones civiles de los nueve departamentos de Bolivia llamó este martes a paralizar indefinidamente las actividades en protesta por el resultado provisional de los comicios, que anticipan la reelección del presidente Evo Morales.
“Vamos al paro hasta que ustedes digan”, anunció Luis Fernando Camacho, líder del Comité Cívico Pro-Santa Cruz, ante varios militantes de la oposición en un acto transmitido por medios locales, tras acordar la medida con sus pares del resto del país.
La medida entrará en vigor el miércoles y desde entonces «no se tiene que mover un sepe (hormiga) en Santa Cruz», la rica región del oriente boliviano, graficó Camacho.
Los dirigentes civiles acordaron ir con la medida «hasta que se respete la democracia y lo expresado por el ciudadano en las urnas».
El martes, el centro de La Paz y las carreteras cercanas a los mercados estaban obstruidas por personas que cargaban alimentos mientras se formaban largas filas en algunas estaciones de servicio, en medio del temor a que persistan los disturbios o haya un toque de queda.
Videos transmitidos en las redes sociales y en la televisión local mostraban enfrentamientos entre la policía y jóvenes enmascarados en medio del humo del gas lacrimógeno.
Un grupo político afiliado a Morales, Conalcam, criticó los disturbios como parte de un golpe de estado orquestado por la oposición de derecha y pidió a los partidarios que defiendan la “victoria” de Morales con contraprotestas pacíficas.
El ministro del interior, Carlos Romero, advirtió a Mesa y a sus seguidores que no avivaran la violencia.
“Si alguien va demasiado lejos y no mide las consecuencias, es su responsabilidad”, dijo Romero.