El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que las parlamentarias demócratas de origen extranjero deberían «volver» a sus países, por lo que recibió inmediatamente calificaciones de «racista» y xenófobo.
El mandatario engrosa así su profuso historial de declaraciones controvertidas, que incluye una en enero de 2018, cuando calificó de «países de mierda» a naciones africanas, Haití y El Salvador, durante una discusión sobre inmigración.
En su tuit, Trump no nombró a ninguna congresista en particular, pero su mención a las «Representantes Demócratas ‘Progresistas'» fue interpretada como una referencia a un grupo de mujeres liberales relativamente jóvenes, que integran por primera vez la Cámara de Representantes.
Entre las supuestamente aludidas se encuentran Alexandria Ocasio-Cortez, de Nueva York; Ilhan Omar, de Minesota; y Rashida Tlaib, de Michigan.
En su tuit, Trump escribió que esas representantes mujeres «vinieron de países cuyos gobiernos son una catástrofe completa y total, los peores, más corruptos e ineptos de todo el mundo».
Trump escribió que era «interesante» ver cómo esas mujeres «le dicen a Estados Unidos, la más grande y poderosa nación en la tierra, cómo se debe llevar adelante» el gobierno.
«¿Por qué no vuelven y ayudan a arreglar los lugares completamente quebrados y plagados de crimen de donde provienen?», se preguntó.
En otro tuit, el mandatario dijo que ellas «odian a Israel con una verdadera y desenfrenada pasión», en un mensaje que se podría referir a Omar y Tlaib, quienes se han visto envueltas en polémicas relacionadas con el Estado judío.
Tlaib, que nació en Detroit, es la primera mujer de ascendencia palestina electa al Congreso.
Y Omar, que llegó a Estados Unidos desde Somalia siendo una niña, es la primera mujer negra y musulmana que gana una elección como parlamentaria.
Ocasio-Cortez, quien nació en Nueva York en el seno de una familia proveniente de Puerto Rico, un estado libre asociado a Estados Unidos, respondió este domingo en un tuit: «Estás enojado porque no puedes concebir un Estados Unidos que nos incluya».
La congresista añadió que el presidente no aceptará un nación que vea a la «salud como un derecho o la educación como una prioridad #1», especialmente donde legisladores como ellas son quienes luchan por eso. «Sin embargo, aquí estamos», indicó.