La comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, anunció este viernes acuerdos con Nicolás Maduro para vigilar la situación de los derechos humanos y llamó a la liberación de todos los que estén detenidos «por ejercer sus derechos civiles y políticos de forma pacífica».
«Hemos podido alcanzar varios acuerdos (…) tenemos el compromiso expreso del Gobierno para llevar a cabo una evaluación de la comisión nacional de prevención de la tortura, así como para evaluar cuáles son los principales obstáculos en el acceso a la justicia en el país», dijo minutos antes de abandonar Venezuela.
Bachelet y Maduro sostuvieron una reunión de casi dos horas, luego de que en la mañana la comisaria se entrevistara con el presidente interino Juan Guaidó.
«Ha sido una buena visita, y ojalá el espíritu de esta visita prive para unas nuevas relaciones con la oficina de la Alta Comisionada y nuestro país», sostuvo Maduro, quien agradeció a Bachelet por haber aceptado su invitación.
La expresidenta chilena celebró la liberación del diputado Gilber Caro, y de otros dos ciudadanos Melvin Farías y Julio Rojas, pero llamó a las autoridades a poner en libertad a todos los presos políticos.
Explicó que dos oficiales de la oficina de derechos humanos de la ONU se quedarán en Venezuela para «proveer asistencia y asesoría técnica» en esta materia, pero también para monitorear la situación.
«El Gobierno también ha aceptado que mi equipo entre a los centros de detención para poder monitorear las condiciones» en las que se encuentran y hablar «confidencialmente con los privados de libertad», así como a permitir un acceso «más amplio a los distintos mecanismos de derechos humanos» incluidos los relatores de la ONU.
La expresidenta chilena manifestó que espera que el Gobierno de Maduro cumpla con su palabra, y de no ser así aseguró que lo informará.
Asimismo, expresó su deseo de que la asistencia de su equipo sirva para reforzar la «prevención de la tortura», y destacó que para ella fue «profundamente doloroso» escuchar a las víctimas de violación de derechos humanos o de la «violencia política por ser partidarios del régimen».
Aseguró que le «duele» la situación en Venezuela y que le preocupan las sanciones extranjeras impuestas al Gobierno porque han «exacerbado» la «preexistente crisis económica».
«Mantener posiciones arraigadas solo agravará la crisis y los venezolanos no pueden permitirse que se deteriore aún más la situación en el país», agregó.
Bachelet llegó a Venezuela la tarde del pasado miércoles y sostuvo encuentros con representantes de los poderes públicos, ministros, el jefe de la oposición Juan Guaidó, ONG y distintos sectores de la sociedad civil, entre ellos las víctimas de «violación de derechos humanos».
Según la organización no gubernamental Foro Penal, que defiende a la mayoría de los considerados «presos políticos» de Venezuela y que se reunió anoche con Bachelet, hay casi 700 personas detenidas por causas de conciencia.