Las negociaciones en la ONU para un nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas concluyeron hoy sin el «consenso» requerido para su aprobación por el bloqueo de Corea del Norte, Irán y Siria y tras un frustrado intento liderado por México de sacar adelante el texto «por mayoría».
Después de dos intensas semanas de negociaciones maratonianas en la ONU, y cuando una abrumadora mayoría de países daba por hecho que el tratado se adoptaría, Irán, Corea del Norte y Siria bloquearon a última hora el acuerdo, como ya ocurrió en julio pasado cuando Estados Unidos y otras naciones pidieron «más tiempo» para negociar.
En el arranque de la última jornada de la Conferencia, en una abarrotada sala de la ONU que llegó a ser desalojada al sobrepasar el aforo permitido, los representantes de los tres países hicieron una primera advertencia de que no estaban dispuestos a apoyar un texto que incluía «demasiadas cláusulas y vacíos legales».
El presidente de la Conferencia, el embajador australiano Peter Woolcott, suspendió entonces temporalmente la sesión para intentar «in extremis» una nueva ronda de consultas con los tres países que habían puesto objeciones al tratado, para tratar de convencerles de que debían sumarse al resto de países.
Una vez que se reanudó la sesión, los representantes de Corea del Norte, Irán y Siria volvieron a tomar uno a uno la palabra para bloquear «de forma clara y cristalina» el último borrador del tratado porque seguía sin recoger los planteamientos de todos los países.
Fue entonces cuando México propuso que el tratado fuera aprobado «por mayoría» al considerar que la definición de consenso no estaba clara, propuesta que fue apoyada por una abrumadora mayoría de países pero que finalmente se rechazó porque suponía modificar unas reglas del juego que han regido la ONU desde su constitución.
El representante de Kenia pidió también la palabra para proponer que el presidente de la Conferencia enviara el último borrador del tratado al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que a su vez proceda a trasladarlo a la Asamblea General para su votación «lo antes posible», donde podría ser aprobado por mayoría.
Esa votación podría tener lugar la semana que viene, ya que está previsto que el 2 de abril el embajador australiano presente ante la Asamblea General su informe final sobre la última ronda de negociaciones, que al final concluyó hoy sin éxito tras dos semanas de conversaciones.
Uno de los primeros en reaccionar fue el secretario general, quien a través de un comunicado de la oficina del portavoz de la ONU, aseguró estar «profundamente decepcionado» por la imposibilidad de que las negociaciones concluyeran sin un nuevo tratado sobre el comercio de armas.
Antes incluso de que concluyera la sesión, la Coalición para el Control de las Armas, que agrupa a ONG internacionales como Oxfam o Amnistía Internacional, expresó también su «inmensa frustración» por el bloqueo de las tres delegaciones que impidió sacar adelante el nuevo tratado.
«El mundo ha sido secuestrado por tres estados (…) no debería permitirse que países como Irán, Siria y Corea del Norte dicten al resto del mundo la manera en que se debe regular la venta de armas», afirmó Anna Macdonald, de Oxfam Internacional, quien añadió en todo caso que el tratado es «cuestión de tiempo».
Por su parte, el director de la Fundación por la Paz, el español Jordi Armadans, que viajó a Nueva York para asistir a las dos semanas de negociaciones en la ONU, lamentó en declaraciones a Efe que «una vez más» la oposición de «unos pocos estados» imposibilitara hacer realidad un tratado que exigía «la mayoría».
«El proceso para la regulación de las armas, sin embargo, no tiene vuelta atrás. Llevamos más de quince años pidiendo que el comercio de armas se regule igual que muchos otros productos. Y, pese al fracaso de hoy, en breve la Asamblea General aprobará el tratado», vaticinó.
El mensaje de la Fundación por la Paz se sumó al de la Coalición para el Control de las Armas. «No nos damos por vencidos. El tratado saldrá adelante, es solo cuestión de tiempo (…) Tenemos un mensaje claro para los violadores de derechos humanos: vuestro tiempo se agota».
Naciones Unidas, 28 mar (EFE).-