Grupos indígenas de Canadá y Estados Unidos advirtieron hoy de que se opondrán a la construcción de los oleoductos Northern Gateway y Keystone XL en los dos países tanto por medios legales como por otras formas de acción.
En una rueda de prensa en Ottawa, diez grupos de los territorios en Canadá y Estados Unidos afectados por los oleoductos señalaron que la oposición entre los indígenas a los proyectos petrolíferos en la región está creciendo «rápidamente».
Allan Adam de la tribu athabasca de Canadá advirtió de que «va a ser un verano largo y caliente» en referencia a las acciones que los aborígenes están preparando para cuando finalice el invierno.
«No importa si el primer ministro canadiense, Stephen Harper, o el presidente estadounidense, Barack Obama, aprueban o no los oleoductos de Enbridge, Kinder Morgan o Keystone XL, no pasarán a través de nuestros territorios aborígenes bajo ninguna condición o circunstancia», dijo el jefe Phil Lane de los sioux de Dakota (Estados Unidos).
Por su parte, el jefe Martin Louie, de la tribu nadleh whut’en en Canadá, señaló que «forzar estos proyectos infringirá» sus leyes indígenas y «derechos de toma de decisión de acuerdo con la Constitución de Canadá y la ley internacional».
«Hemos dicho ‘no’ y solicitamos al Gobierno canadiense que reconozca y respete nuestras decisiones», añadió Louie.
De otro lado, el ministro de Recursos Naturales de Canadá, Joe Oliver, rechazó hoy las peticiones de los grupos indígenas y en declaraciones a la televisión pública canadiense CBC indicó que los proyectos son buenos para los aborígenes.
«Es una oportunidad para transformar muchas comunidades aborígenes que sufren elevado desempleo desde hace mucho tiempo», dijo Oliver.
Pero el desarrollo de las arenas bituminosas de la provincia de Alberta, una de las mayores reservas de petróleo del mundo, es un creciente problema para Canadá.
El crudo está contenido en arenas bituminosas que producen un petróleo pesado tras un costoso proceso de separación, siendo uno de los mayores emisores de gases con efecto invernadero del país.
Grupos medioambientales han dicho que Canadá se retiró del Protocolo de Kioto en 2012, el único país que lo ha hecho, para desarrollar sin limitaciones sus reservas petrolíferas.
El Gobierno canadiense considera que la explotación masiva de las reservas de Alberta es fundamental para el crecimiento económico del país y ha dado prioridad a su desarrollo.
Los dos elementos claves de esta estrategia son la construcción del oleoducto Keystone XL en Estados Unidos para llegar a las refinerías situadas en el sur del país, y el oleoducto Northern Gateway hacia la costa del Pacífico para facilitar su exportación masiva hacia China.
Sin embargo, grupos medioambientales, indígenas e incluso el Gobierno de Estados Unidos han expresado su preocupación por el impacto ecológico de los proyectos.
Lane dijo que los indígenas «van a parar estos oleoductos de una forma u otra».
El Gobierno canadiense ya se ha enfrentado a un invierno de descontento entre las comunidades indígenas del país después de presentar medidas legislativas que afectarán su capacidad de gestionar sus territorios tradicionales.
Durante semanas, Theresa Spence, una líder indígena de Ontario, se declaró en huelga de hambre frente el Parlamento de Canadá a la vez que indígenas de todo el país convocaban manifestaciones, protestas y bloqueos de carreteras y vías férreas.
Influyentes líderes indígenas advirtieron de que estaban dispuestos a realizar acciones que provocarían problemas económicos al país.
Toronto (Canadá), 20 mar (EFE).-