La líder del partido opositor Fuerza Popular, Keiko Fujimori, fue detenida este miércoles tras una petición de la Fiscalía de Lavado de Activos de Perú en el marco de una investigación por supuesto manejo irregular de fondos de la campaña de la formación en las elecciones de 2011. La poderosa política peruana quedará bajo arresto preventivo durante 10 días.
La orden de detención por este mismo caso conocido popularmente bajo el nombre de caso cocteles fue dictada por el juez Richard Concepción y afecta a otras 19 personas, entre ellas los exministros Jaime Yoshiyama y Augusto Bedoya. Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, es la primera fuerza política en el Congreso peruano, donde ejerce de oposición al Gobierno de Martín Vizcarra.
La hija mayor del autócrata Alberto Fujimori que gobernó el país sudamericano entre 1990 y 2000 y que también está hoy en problemas judiciales, tras la reciente anulación de su indulto fue arrestada en Lima después de acudir a un tribunal para ser interrogada junto a su esposo, el norteamericano Mark Vito, en una diligencia fiscal de la que se había ausentado en varias ocasiones.
La justicia peruana investigaba presuntas aportaciones a la campaña electoral de la heredera política del fujimorismo por parte de la constructora brasileña Odebrecht, epicentro de una red de cobro de sobornos a cambio de obra pública en todo América Latina. Tras la reciente anulación de la medida de gracia a Alberto Fujimori –ordenada la semana pasada por un juez–, la detención de su hija supone un duro golpe para la mayoría fujimorista en el Congreso.
Tanto Marcelo Odebrecht, primer ejecutivo de la empresa brasileña cuando se produjeron los supuestos pagos, como su exrepresentante en Perú han reconocido a la fiscalía del país latinoamericano que la firma aportó dinero a la campaña de Keiko. En diciembre, el exsuperintendente en Perú de Odebrecht, Jorge Barata, declaró a fiscales peruanos y brasileños que la constructora brasileña entregó 1,2 millones de dólares a la campaña fujimorista, procedentes en su integridad de fondos “no contabilizados” o contabilidad paralela de la empresa. Barata precisó, además, que parte del dinero fue entregado, en casa de otro exministro de Fujimori, a Yoshiyama y Bedoya.
Keiko aseguró hoy que es víctima de una persecución política y aseguró que saldrá «más fortalecida de esta injusticia» después de que un juez ordenara su detención en un caso de presunto lavado de activos.
«Esto se llama persecución política», señaló Keiko en un mensaje manuscrito que publicó en su cuenta oficial en la red social Twitter.
Agregó que ha sido detenida «sin argumentos jurídicos» y pidió a sus seguidores «reforzar el trabajo en las bases» para que levanten «su voz»