Al menos cuatro jóvenes más fueron rescatados a lo largo de la jornada de este lunes de la gruta del norte de Tailandia donde llevaban atrapados más de dos semanas y donde aún permanecen cinco atrapados, informan medios locales.
Los nuevos liberados se suman a los cuatro niños que permanecen ingresados en el hospital provincial de Chiang Rai para una evaluación de salud tras abandonar la caverna el domingo.
Las autoridades aún no han ofrecido una confirmación oficial, pero periodistas en la zona citan testigos que ha visto cómo sacaban a dos estudiantes.
Además, el diario tailandés Bangkok Post asegura que otros dos chicos se encuentran en la conocida como «caverna 3», lugar donde se ha instalado un campamento operacional temporal situado a unos dos kilómetros de la entrada.
Un helicóptero en aparentes tareas de traslado de emergencia sobrevoló el campamento de prensa situado a dos kilómetros de la cueva.
El primer ministro de Tailandia, Prayut Chan-ocha, supervisó esta tarde el operativo de evacuación.
El contingente internacional de buzos rescatistas volvió a entrar en la cavidad a las 11.00 hora local (04.00 GMT) con el objetivo de regresar con alguna de las nueve personas que esta mañana seguían enclaustradas, dijo Narongsak Ossottanakorn, portavoz del operativo.
Esta segunda tentativa podría ser más rápida que la realizada la víspera gracias a las buenas condiciones que encontraron ayer los equipos de salvamento en el interior de los túneles subterráneos, indico Narongsak.
Tailandia entera esperaba un final feliz para estos 12 niños y su entrenador, de 25 años, atrapados en la cueva de Thuam Luang, en el norte del país, desde el 23 de junio, un acontecimiento que ha captado la atención del mundo.
“Todos pueden estar orgullosos… Pero la misión todavía no está cumplida”, dijo el general Prayut Chan-O-Cha, jefe de la junta militar en el poder desde el golpe de Estado de 2014, durante una visita al sitio de comando de la operación.
La lluvia monzónica que amenaza con más inundaciones en esta compleja red subterránea, de unos diez kilómetros de largo, es el principal desafío para los socorristas, que temen nuevas precipitaciones antes de que logren sacar a todo el grupo.
El equipo de fútbol, integrado por 12 niños de entre 11 y 16 años, y su entrenador, pasó nueve días en las profundidades de la cueva antes de que dos buzos británicos los encontraran la semana pasada. Demacrados pero vivos, los menores estaban encaramados en una roca, a más de cuatro kilómetros de la entrada de la cueva.
El domingo, la compleja operación de rescate empezó con éxito al salvar a cuatro de ellos, gracias al trabajo de buzos experimentados que los guiaron a lo largo de un camino tortuoso, con tramos inundados y pasajes muy estrechos.