Samuel Moncada, actual viceministro de Exteriores venezolano, indicó que por medio de mentiras se está construyendo una forma de intervenir a su país.
Venezuela reconoció el lunes que atraviesa una crisis, pero negó que fuera humanitaria, y acusó a la Organización de Estados Americanos (OEA) de montar «un teatro» para intervenir el país y derrotar al ganador de las presidenciales en las que Nicolás Maduro busca la reelección.
«Con medias verdades y absolutas mentiras se está construyendo un caso, que es el caso de la intervención en Venezuela», dijo Samuel Moncada, actual viceministro de Exteriores de Venezuela para América del Norte.
«Aquí hay un teatro montado», afirmó el también representante alterno ante la OEA y embajador ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA.
La cita, convocada por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú para debatir «la situación humanitaria que vive la población venezolana y su impacto en los países de la región», generó la «firme oposicion, rechazo y protesta» de Moncada.
Según el diplomático, se pretende señalar a Venezuela como un Estado fallido que no atiende las necesidades de sus ciudadanos y requiere la apertura de un canal humanitario. «Están tratando de hundir a Venezuela en una crisis para presentarse como salvadores», dijo.
Moncada admitió que Venezuela enfrenta un «grave problema», pero aseguró que la solución no pasa por un «tutelaje» internacional.
«No voy a desconocer la crisis, es ridículo», dijo. «Se necesita una refundación economica, un cambio profundo de la economía, cambiar los modelos que fracasaron, yo lo reconozco. Pero no diciéndonos ustedes lo que tenemos que hacer».
«Tenemos que resolver nuestros problemas nosotros, sin una fuerza que pretenda ayudarnos luego de destruirnos», aseveró.
Moncada acusó a la OEA de buscar desestabilizar a Venezuela días antes de los comicios del 20 de mayo, al igual que buscó hacerlo el año pasado antes de la elección de la Asamblea Constituyente que rige desde agosto con poderes absolutos.
El objetivo, dijo, es preparar la visita a la OEA del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, el 7 de mayo, y allanar el camino para nuevas sanciones económicas de Washington a Caracas.
«Pence ha dicho que quiere medidas mas enérgicas, está proponiendo un embargo petrolero. El punto es justificar mayores sanciones contra la población venezolana (…) crear el máximo dolor a ver si derrotan por fin a quien gane las elecciones», sostuvo Moncada.
Almagro pide más sanciones
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, duro crítico de Maduro, celebró que Venezuela haya admitido que existe una crisis. «Hoy hemos tenido un importante paso», dijo a la salida de la sesión.
«Nos queda claro que la crisis es autoinfligida por el régimen bolivariano a su pueblo y eso es completamente imperdonable», afirmó, antes de reclamar «más sanciones, sanciones más duras» que impliquen un regreso a la democracia en Venezuela.
Doce países intervinieron en la sesión en la OEA, de la cual solamente se retiró Bolivia por descontento con la convocatoria. Todos abordaron la masiva llegada de venezolanos a sus fronteras en el último año, en particular a Colombia y Brasil, y exhortaron al gobierno de Maduro a aceptar la ayuda internacional.
Por primera vez, el consejo permanente de la OEA abordó la situación humanitaria en Venezuela escuchando testimonios de expertos.
Representantes de la Organización Internacional de Migraciones, de la ONG Cáritas y académicos señalaron desnutrición, crecimiento exponencial de tasas de mortalidad materna, epidemias en curso de difteria, sarampión y malaria, así como deterioro en las condiciones hospitalarias y falta generalizada de medicamentos, entre otros problemas sanitarios en Venezuela.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ente autónomo de la OEA, detalló este panorama en su informe anual publicado en febrero, en el que denunció un «alarmante» deterioro de la «institucionalidad democrática» y el respeto de los derechos humanos en Venezuela.
Venezuela, otrora potencia petrolera, atraviesa «una de las mayores» crisis económicas del mundo en el último medio siglo, según el FMI, que para este año prevé una caída del PIB de 15% y una inflación de más de 13.000%.
Esto provocó la salida masiva de personas del país, agudizada en los últimos meses y estimada en entre tres y cuatro millones de personas desde 1999, cuando asumió el poder el antecesor y mentor de Maduro, Hugo Chávez.